LA VIDA NO PUEDE SER DIVIDIDA
Vimala Thakar*
“…
“Vivir es un movimiento de relación; cuando
una persona está sola o aislada, hay existencia, supervivencia física, pero no
hay vida. La vida está contenida en el movimiento de relación y uno tiene que
aprender cómo moverse a través de la relación manteniendo la propia libertad,
la propia iniciativa, el propio equilibro.
Si la relación perturba nuestro equilibrio
interior, nuestra salud mental, nuestra iniciativa, entonces obviamente algo
está faltando.
Hemos nacido para descubrir lo que
significa la vida, cómo vivir en libertad y armonía unos con otros, cómo vivir
en paz y armonía unos con otros, y, ustedes estarán de acuerdo conmigo en que
al final de este siglo XX como especie humana no hemos aún descubierto el
secreto de vivir juntos en paz y armonía, sin mutua explotación, sin violencia.
Ahora, cuando decimos que vivir es estar
relacionado con lo que es, ¿qué hay alrededor de nosotros con lo cual debamos
relacionarnos?
Ante todo, nacemos en la sociedad, como
miembros potenciales de ésta, de modo que el primer círculo de relación sería
con la familia y la sociedad. La sociedad implica las estructuras que el hombre
ha creado, la estructura social, la económica, la política, la educacional, la
cultural; uno tiene que relacionarse con todo esto.
Luego, en torno de nosotros, el segundo
círculo es el de las especies no humanas, los animales, con quienes debemos
convivir; ellos -mamíferos y aves- son nuestros compañeros, no están allí sólo
para darnos placer, son nuestros compañeros y tenemos que convivir con ellos,
buscando su cooperación, su amor, su afecto.
Aparte de las especies no humanas, está el
reino de los bosques, de los árboles, los océanos, los lagos, los ríos, las
montañas. No son cosas muertas u objetos creados para el placer o el confort
material del hombre, porque hay vida en ellos -la más diminuta partícula de
materia contiene energía en su interior; la ciencia de la física puede decir
cuán impredecible es el quantum de energía contenida en electrones o protones-.
Así, hay un movimiento de energía aun en la tierra; no existe la materia
muerta; estamos rodeados de vida, de energías innumerables y sus
interrelaciones, de modo que la vida implica una interrelación con todo esto.
La vida es una misteriosa totalidad, una
totalidad homogénea no fragmentable, donde todo está interrelacionado, la
Tierra con los cielos, el Sol, la Luna, este planeta con los otros planetas.
Todo está interrelacionado, todo está actuando sobre lo demás, de modo que la
primera cosa que quiero mencionar esta mañana es que el hombre no es el dueño
del universo, sino que nosotros, la especie humana, somos una de las tantas
otras especies; pero nosotros somos más evolucionados psicológicamente, tenemos
el don de la energía auto-consciente, podemos pensar, ser conscientes, darnos
cuenta. Gracias a esta energía auto-consciente, es una responsabilidad del ser
humano encontrar el significado de la vida, descubrir el camino de la armonía,
el amor y la paz. Este es un aspecto de la vida.
El segundo aspecto del vivir es, por un
lado, el constante movimiento, porque la energía nunca está ociosa; la energía
contenida en la tierra se mueve y nos entrega la cosecha generosa; el agua
contiene energía; el espacio aparentemente vacío que nos rodea, contiene
energía; de modo que hay movimiento constante. Por otro lado, existe la
ausencia de movimiento, la quietud, y este país vuestro de montañas, valles y
océanos, es muy hermoso, como pude verlo cuando veníamos en el avión. Las
montañas tienen su quietud, su paz, y el valle tiene su propia paz
indescriptible. Así que existe lo que llamamos silencio o ausencia de
movimiento, quietud, puro estado de ser.
Tenemos que aprender a relacionar al
movimiento, a la energía del movimiento con el no movimiento. Tenemos que
aprender a relacionarnos con este espacio, el espacio interior de silencio;
sólo entonces habrá un vivir completo. Si sólo sabemos cómo movernos y no
sabemos cómo detenernos voluntariamente, fácilmente, sin esfuerzo, nuestras
vidas será unilaterales; el movimiento y la quietud, los dos juntos,
constituyen la totalidad de la vida.
Como el lenguaje tiene palabras que son
sonido, y el sonido es una energía que contiene luz en ella, hemos aprendido a
relacionarnos con este sonido y lenguaje que nos enseñaron desde la niñez en
las escuelas, pero nadie nos ha enseñado a relacionarnos con el silencio del
cual nacen el sonido y el lenguaje; el silencio y el lenguaje, sonido y
silencio, ellos juntos constituyen la totalidad de la vida.
De modo que vivir implica ser capaz de
estar en silencio cuando el lenguaje no es necesario; el lenguaje es una parte,
el silencio es la otra. Lo mismo sucede con el placer y el dolor. Debemos
aprender a relacionarnos con ambos. Si uno se apega al placer pretendiendo huir
del dolor, puede correr toda la vida pero no podrá evitarlo. De modo que
tenemos que aprender a vivir con el placer y el dolor, sin apegarnos a uno ni
huir del otro.
Y el tercer aspecto de la vida, es este juego
de la relación y la soledad. Así como hay un movimiento de relación, hay
momentos en que no hay nadie alrededor y se está solo con la vida; si no se
sabe estar solo, si sentimos miedo cuando estamos solos, si nos sentimos
solitarios, nos aburrimos, estaremos corriendo tras la gente, adhiriéndonos,
apegándonos a ella ya sea dominándola o dependiendo de ella -la dependencia es
también una forma de dominación.
De modo que uno tiene que aprender a estar
en relación, tanto como a estar en soledad, la soledad es la vida. Cuando hemos
aprendido ambos aspectos, hemos aprendido a estar solos gozosamente, sin temor,
sin aburrimiento, y cuando aprendemos a movernos en la relación, en paz y amor,
sólo entonces el acto de vivir será total.
Hoy en día no sabemos vivir. De modo que
vivir es algo bastante interesante y la vida es una misteriosa totalidad, donde
estas cosas aparentemente contradictorias se reúnen. El silencio y la palabra
parecen ser contradictorios, parecen ser incompatibles, pero en realidad, constituyen
juntos la totalidad de la vida. La soledad y la relación parecen ser
contradictorias, pero en esencia no lo son, constituyen la indivisible
homogeneidad de la vida.
De modo que, mis amigos, hemos mirado muy
brevemente lo que la vida y el vivir implican; éste es nuestro diario vivir.
Vamos a considerar la meditación en la vida diaria, pero antes necesitamos
saber qué es vivir. Hemos usado un adjetivo, “diario” vivir, es decir, día a
día; lo que tenemos hoy en día, aquí y ahora, lo que tenemos en el presente, es
la única realidad. No hay vida, aparte de lo que existe en el presente, en el
aquí y en el ahora.”
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*Del libro “La urgencia por la libertad”, de Editorial Kier, recopilación
de siete conferencias pronunciadas por Vimala Thakar en Santiago de Chile, en
1983. La autora, nacida en la India, trasmitió sus enseñanzas y reflexiones
provenientes de su mente pesquisadora, de su erudición sobre los textos
antiguos y de su relación con la cultura oriental.
Otras ideas de vida en:
http://hugobetancur.blogspot.com/
http://pazenlasmentes.blogspot.com/
http://es.scribd.com/hugo_betancur_3
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