jueves, 21 de febrero de 2013

SOBRE EL MIEDO. Por Jiddu Krishnamurti

SOBRE  EL  MIEDO
Por Jiddu Krishnamurti

(…) Somos propensos a hacer una abstracción del miedo, o sea, a convertirlo en una idea. Pero, aparentemente, jamás escuchamos la voz del miedo. (…) Está, pues, muy claro que ningún agente externo, por elevado que sea, por popular que se haya vuelto gracias a la propaganda, podrá jamás resolver este problema del miedo humano. (…) Existe el deseo de realizarnos y el miedo de no ser capaces de realizarnos. Donde hay comparación tiene que haber miedo. (…) si la mente ve que esos factores son los que originan el miedo, entonces, la percepción misma de esos factores termina con las causas que contribuyen a la existencia del miedo. Si existe una causa física que nos produce un dolor de estómago, el dolor se termina al descubrir la causa. De manera similar, donde hay cualquier causa, hay una terminación.

Escapar del miedo es solo aumentarlo.

Cuando te enfrentas con algo de manera directa, no hay miedo

(…) El movimiento de la certidumbre a la incertidumbre es lo que yo llamo miedo. No tengo miedo en el presente. Así pues, tengo miedo del pasado y del futuro.

(…)  Una de las funciones del pensamiento es estar ocupado todo el tiempo con algo. Casi todos queremos tener nuestras mentes ocupadas sin cesar, a fin de evitar vernos tal como realmente somos. Tememos sentirnos vacíos; tememos mirar nuestros miedos.

(…) Las teorías de otras personas no tienen importancia alguna. Son ustedes mismos los que tienen que formularse la pregunta: ¿Puede el miedo ser dividido en consciente y subconsciente? ¿O existe un único miedo que traducimos en diferentes formas? Existe tan sólo un deseo; sólo existe el deseo. Uno desea. Los objetos del deseo también cambian, pero el deseo se siempre el mismo. De igual modo, quizá sólo hay miedo. Uno teme toda clase de cosas, pero existe únicamente el miedo.

El miedo es un movimiento único que se expresa de maneras diferentes

(…) Uno puede observar sólo cuando la mente está muy quieta. Cuando uno dice: “Debo controlarlo, debo librarme de él, debo entenderlo”, está tratando de escapar del miedo. Así, cuando uno está directamente en contacto con el miedo o la desesperación, con la soledad o los celos, o con cualquier otro estado mental desagradable, ¿puede mirarlo de manera tan completa que su mente esté lo suficientemente tranquila como para verlo? Si miramos tan sólo los detalles del miedo o tratamos de habérnoslas con nuestros miedos abordándolos uno por uno, jamás llegaremos a la cuestión fundaméntal, que es aprender a vivir sin miedo.
Pero ese miedo es una realidad y tratamos de comprender un hecho mediante una abstracción, lo cual, por supuesto, no puede hacerse. Pero, en realidad, el observador que dice: “Tengo miedo”, ¿es de algún modo diferente de la cosa observada, o sea, del miedo? El observador es el miedo y, cuando se comprende, ya no hay más disipación de energía en el esfuerzo de librarse del miedo, y desaparece el intervalo de tiempo-espacio entre el observador y lo observado. Cuando uno ve que forma parte del miedo, que no está separado de él –que uno es el miedo-, entonces ha visto que no puede hacer nada al respecto; de esa manera, el miedo llega totalmente a su fin

(…) Si uno mira lo que es, el hecho, y no la idea, verá que lo que está dando origen al miedo es tan sólo la idea, el concepto del futuro, del mañana. No es el hecho lo que da origen al miedo.

(…) La mente necesita saber que es lo original. Hemos dicho que es Dios, pero ésa es también una palabra que los seres humanos han inventado en su temor, en su infelicidad, en su deseo de escapar de la vida.

(…) No existe en absoluto la mente “individual”; estamos todos completamente relacionados. Para comprender –no como individuo, sino como ser humano total- qué es el original, uno debe comprender la totalidad de la desdicha humana, todos los conceptos, todas las fórmulas que el hombre ha inventado en el curso de los siglos. Sólo cuando nos liberamos de todo esto, podemos descubrir si existe algo que sea original. De lo contrario, somos seres de segunda mano; y como somos seres de segunda mano, seres humanos falsificados, el dolor no termina jamás. El dolor de cada uno de ustedes y mi dolor están relacionados con todo el dolor de la humanidad. Esto no es mero sentimentalismo o emocionalismo; es un hecho crudo, real.

(…) Usted puede recordar el ruido o escuchar realmente el ruido… Cuando tenemos miedo estamos completamente aislados. Entonces observe si esos temores son temores reales o si los proyecta el pensamiento como recuerdo.

(…) Para aprender acerca del miedo, no debo distraerme escapando de él. No tiene que existir el sentimiento de “debo librarme del miedo”. Si tengo esos sentimientos, no puedo aprender. Para aprender acerca del miedo, no debemos escapar del miedo. ¿Qué le ocurre a la mente cuando se enfrenta con el miedo y no existe el problema de escapar de él? Por favor, descúbralo, dedique su mente a ello.

(…) Cuando la mente comprende todo el contenido del miedo y, por lo tanto, está desprovista de miedo surge un estado de inocencia. Una mente así es luz para sí misma, está libre de miedo. (…) Descubran cómo es posible vivir sin una sombra de miedo. Entonces sabrán qué es el amor.

Sólo una mente libre de cualquier tipo de ocupación dispone de una energía tremenda

(…) Experimenté un dolor ayer; está el recuerdo de ese dolor y no quiero que se repita mañana. El acto de pensar sobre el dolor de ayer, un pensar que contiene el recuerdo del dolor experimentado, proyecta el miedo de volver a experimentarlo nuevamente mañana.
El origen del miedo es el pensamiento
La devoción que profesan a su gurú, a sus dioses, a sus ideales, es adoración a sí mismos, porque son ustedes los que han creado a su gurú, ustedes han creado sus ideales, sus dioses; los han creado con sus pensamiento, los crearon sus abuelos, y ustedes aceptan esto porque les satisface, les brinda consuelo. Por lo tanto, son devotos a sí mismos. (…) Las religiones se basan en el pensamiento, han sido creadas por el pensamiento. Y lo que crea el pensamiento no es sagrado, es sólo pensamiento, es nada más que una idea. Y ustedes proyectan una idea, la convierten en un símbolo y después la adoran.

(…) Si se cuestionan y se interrogan a sí mismos, podrían estar absolutamente libres del miedo, y entonces no habrá dioses. Cuando el hombre se ha liberado de toda forma de miedo, no necesita consuelo, no necesita recompensas y no busca nada que lo ayude. (…) Dios no los ha creado a ustedes para que vivan una vida desdichada, sino que nosotros hemos creado a nuestro dios.

(…) Uno tiene un ataque al corazón y se acabó. Pero la idea del ataque al corazón podría sobrevenir en el futuro, es miedo. ¿Es el tiempo la raíz del miedo, siendo el tiempo un movimiento del pasado, modificado en el presente y continuado en el futuro? (…) ¿Puede uno vivir, psicológicamente, sin el mañana? Háganlo. O sea, si uno ha experimentado un dolor físico ayer, terminar con ese dolor ayer mismo, no traspasarlo al día de hoy y hacia el de mañana. Ese transferir, que es el tiempo, da origen al miedo.
¿Alguna vez han permanecido con el miedo? ¿Han permanecido con él, no alejándose del miedo, no reprimiéndolo ni transcendiéndolo, no haciendo toda clase de cosas al respecto, sino viendo simplemente la profundidad del miedo y sus extraordinarias sutilezas. Uno puede darse cuenta de todo eso únicamente cuando ésta mirando el miedo sin tener para ello ningún motivo, sin tratar de hacer nada con él, sólo observándolo

(…) Surge, pues, la pregunta: ¿Puede uno detener el pensamiento? Si el pensamiento engendra temor y placer –porque donde hay placer tiene que haber dolor, eso es bastante obvio-, uno se pregunta: ¿Puede llegar a su fin el pensamiento? Lo cual no significa el fin de la percepción de la belleza, para el disfrute de la belleza. Es como ver la belleza de una nube o de un árbol y disfrutarla totalmente por completo, en plenitud; pero cuando el pensamiento busca tener mañana esa misma experiencia, ese mismo deleite que ha experimentado ayer viendo esa nube. Ese árbol, esa flor, el rostro de esa persona tan atractiva, entonces invita a la desilusión, al dolor, al miedo o al placer.
Existe el tiempo físico o cronológico, y existe el tiempo psicológico que dice: “Soy esto, pero mañana no lo seré”. Está, pues, el tiempo como pasado, el tiempo como presente y el tiempo como futuro. En el ahora están contenidos todo el pasado y el futuro. De modo que el presente es el pasado y el futuro, contenidos en el ahora. ESO ES TIEMPO.

(…) El conocimiento de un incidente pasado que causó miedo se GRABA en el cerebro, como en una cinta magnética. Así es como el cerebro tiene conocimiento del miedo.

(…) Usted me adula y el cerebro registra inmediatamente eso. O me insulta, y el cerebro también lo registra. Es como una máquina que está grabando todo el tiempo. Eso se convierte en nuestro conocimiento, y desde ese conocimiento actuamos. Pero, ¿es posible no registrar, no grabar psicológicamente? (…) Pero si comprendemos la naturaleza y estructura del tiempo, no intelectualmente sino de hecho, y también la del pensamiento, entonces, debido a que estamos totalmente ATENTOS, esa atención CONSUME el miedo. (…)  Todo esto requiere una extraordinaria cualidad de atención, porque en la atención no hay actividad alguna del yo. El interés egocéntrico en nuestra vida es la causa del miedo.

El pensamiento no está separado del tiempo. Son una sola cosa.

Si no hubiera tiempo y pensamiento, no habría miedo.

(…)  En el momento en que vemos la belleza de una montaña, con la nieve, con el claro cielo azul, no hay placer, sólo existe esa inmensidad, esa grandeza, esa majestuosidad; más tarde comienza el placer, cuando uno quiere que aquello se repita, lo cual implica rememoración, pensamiento, tiempo; igual que con el temor. He visto todo el movimiento de esa cosa que ha sucedido ayer en la mañana y deseo que se repita. Es exactamente el mismo movimiento con el temor y el placer. De manera que nuestras mentes, nuestras exigencias, están atrapadas entre dos cosas: la recompensa y el castigo. Esa es nuestra vida. Eso soy yo, eso es uno, el sí mismo que vive, que tiene sus raíces en este tiempo, en el pensamiento, en el placer, el temor, la recompensa, el castigo. El cielo está aquí si hacemos lo debido; si no, ¡nos vamos al infierno! La misma cosa repetida una y otra y otra vez…

(…) En primer lugar, ¿podemos mirar nuestros miedos? Y ¿cómo los miramos? ¿Cómo los afrontamos? Supongamos que temo no poder ser salvado más que por cierta persona divina. Hay un miedo profundamente arraigado de dos mil años. Ni siquiera observo ese miedo; forma parte de mi tradición, de mi condicionamiento, el pensar que no puedo hacer nada pero que alguien más, un agente externo, va a ayudarme, a salvarme. Salvarme… no sé de qué, ¡pero no importa¡ Y eso forma parte de mi miedo. Y, por supuesto, está el miedo a la muerte. Ése es el miedo fundamental. (…) El miedo es parte de mí.

El miedo surge cuando eludimos el hecho, cuando escapamos de él; entonces, el escape mismo es el miedo.

El miedo empieza y termina en el deseo de estar seguros: seguridad interna y externa, con el anhelo de certidumbre, de permanencia. (…) Nuestro eterno clamor es por encontrar la seguridad y sentirnos a salvo. Esta insistente exigencia es la que da el origen al miedo.

¿Existe, acaso, en lo interno, certidumbre, continuidad o permanencia alguna? No existe. El escaparnos de esta realidad es miedo. La incapacidad de enfrentarnos a esta realidad engendra toda forma de esperanza y desesperación.
El pensamiento mismo es el origen del miedo. El pensamiento es tiempo. El pensamiento acerca del mañana es placer o dolor. Ambos, el placer y el dolor causan miedo

Pero ¿existe la experiencia del miedo, o existe la conciencia acerca de la causa del miedo, de la cual el pensamiento está escapando? La autoprotección física es una cosa sensata, normal y sana, pero toda esta forma de autoprotección interna es resistencia, y siempre acumula, desarrolla esa fuerza que es el miedo.

Cuando este proceso total de pensamiento, tiempo y miedo es visto, no como una idea o una fórmula intelectual, entonces hay terminación completa del miedo tanto consciente como oculto. La comprensión de nosotros mismos es el despertar y la cesación del miedo.

Y cuando el miedo cesa, también cesa el poder de engendrar ilusión, mitos y visiones con su esperanza y su desesperación, y sólo entonces comienza un movimiento que va más allá de la conciencia, la cual es pensamiento y sentimiento. Consiste en el vaciado de los recónditos escondrijos mentales y de los profundamente ocultos anhelos y deseos. Entonces, cuando existe este vacío total, cuando no hay absoluta y literalmente nada, ni influencias ni valores ni fronteras ni  palabras, entonces, en esta completa quietud del tiempo-espacio, existe aquello que es innominable.

(…) Estamos acostumbrados a abordar el miedo en fragmentos; nos interesan los fragmentos; nos interesan los fragmentos, no la totalidad del miedo. Observar la totalidad del miedo es conceder la atención completa cuando surge cada temor.

(…) El descontento se satisface muy fácilmente cuando pensamiento y sentimiento han encontrado algún tipo de refugio, de éxito, una posición satisfactoria, una creencia, etc., sólo para despertarse otra vez cuando ese refugio es atacado, sacudido o derribado. Casi todos estamos familiarizados con este ciclo de esperanza y desesperación. La búsqueda cuyo motivo es el descontento, sólo puede conducir hacia alguna forma de ilusión. Peor ¿Existe una búsqueda que no tenga tras de sí motivo alguno? En tal caso, ¿es una búsqueda?

La liberación de la energía para comprender lo esencial, sólo es posible cuando cesa toda forma de búsqueda.

(…) Todo cambio que llega a causa de un motivo, no es cambio en absoluto, es simplemente un cambio en el patrón.

(…) ¿Existe un llegar? Llegar implica que uno sufre y vive envuelto por la sombra del miedo. El pensamiento ha fijado una finalidad: Dios, la bienaventuranza, el éxito, la virtud, etc. (…) El hecho es, y todo lo demás no es. El hecho no existe si no hay muerte para el ideal, para el logro, para una finalidad; el ideal, la meta, son un modo de escapar del hecho. El hecho carece de tiempo y espacio. (…) Lo que debería ser, involucra tiempo y distancia, dolor y miedo. La muerte de estos factores deja sólo el hecho, lo que es. El pensamiento no puede cambiar el hecho, sólo puede escapar de él.

(…) Una meditación acompañada de una completa apertura de la mente y el corazón, es una apertura rayana con la muerte. Estar completamente abierto, ser totalmente vulnerable, es muerte.

La meditación atrapada en un método, en un sistema de recompensas y promesas, mutila y somete a la energía.

La meditación derriba las fronteras de la conciencia; desbarata el mecanismo del pensamiento y del sentimiento que éste despierta. La meditación libera la energía en abundancia; y el control, la disciplina y la represión corrompen la  pureza de esa energía. La meditación es la llama que arde intensamente sin dejar cenizas. Las palabras, el  pensamiento, el sentimiento, siempre dejan cenizas, y el mundo acostumbra a vivir de cenizas. La meditación es un peligro porque lo destruye todo, no deja absolutamente nada, ni siquiera el susurro de un deseo, y en este vasto, insondable vacío, hay creación y amor.

La verdad no tiene opuesto, ni lo tiene el amor

(…)  Cuando la mente está todo el tiempo activa, tanto durante el día como durante la noche, no tiene descanso, no adquiere una nueva cualidad de frescura. Sólo cuando está por completo quieta, dormida, absolutamente tranquila, se renueva a sí misma. El análisis de los sueños, ¿es otra de esas falacias que aceptamos tan fácilmente? Los sueños son la continuidad, mientras dormimos, de nuestra actividad cotidiana. Ahora bien, hemos generado orden durante el día, no de acuerdo con un plan, o con el orden establecido de la sociedad, o con las sanciones religiosas; eso no es orden, es amoldamiento. Cuando hay amoldamiento, obediencia, no hay orden.

El orden llega sólo cuando observamos lo desordenada que es nuestra propia vida durante las horas de vigilia

Mediante la observación del desorden, adviene el orden. Y cuando tenemos un orden semejante en la vida cotidiana, los sueños se vuelven, entonces, completamente innecesarios.

(…) Existe el miedo que proviene de fuera, y está el miedo que proviene de dentro. La guerra es externa. Internamente, me apego a mi hijo, lo amo, lo he educado conforme a la sociedad en que vive, la cual dice: mata. De este modo, acepto el miedo en lo interno, y externamente acepto la cosa llamada guerra, la cual va a matar a mi hijo. ¡Y llamo a eso amor por mi hijo! Eso es miedo.

(…) El acto mismo de nombrar es la proyección del pasado.
Comprendan, señores, que la conciencia de ustedes es la del resto de la humanidad. La humanidad, igual que ustedes y otros, pasa por toda clase de dificultades, experimenta pena, afán, ansiedad, soledad, depresión, dolor, placer… TODOS y cada uno de los seres humanos en el mundo pasan por esto. De modo que nuestra conciencia, nuestro ser, es toda la humanidad. Es así. Entonces, ¿puede cada uno de nosotros, que es el resto de la humanidad, que es humanidad, mirar un hecho muy simple? ¿Observar, ver, que el pensamiento y el tiempo son los factores que dan origen al miedo? Entonces, la percepción misma es acción. Y, a partir de ahí, uno ya no depende de nadie. Véanlo muy claramente. Entonces uno es un ser humano libre…

 


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miércoles, 20 de febrero de 2013

Sanación: Cómo está concebido todo este universo. Por Martin Brofman.



EL SISTEMA DE SANACIÓN CUERPO ESPEJO

Body Mirror System

Martin Brofman

 

Cómo funciona  (Una clase)

 

TU CUERPO ES EL ESPEJO DE TU VIDA

 

Todo empieza en tu conciencia. Todo lo que sucede en tu vida, y todo lo que ocurre en tu cuerpo, empieza con algo que sucede en tu conciencia.

 

Tu conciencia es quién tú eres, tu experiencia de Ser.

 

Tú eliges qué ideas aceptar y cuales rechazar. Tú decides que pensar y también qué sentir. Cuando la toma de estas decisiones deja un estrés residual, experimentamos esa tensión como si estuviera en nuestro cuerpo físico. Sabemos que esta tensión crea síntomas. Pero la pregunta más interesante es "¿qué tensión crea cada síntoma?" Cuando somos capaces de cuantificar este proceso, entonces somos capaces de ver nuestro cuerpo como un mapa de la conciencia de la persona, relacionando síntomas concretos a tensiones concretas y a formas concretas de ser, del mismo modo que el comportamiento Tipo "A" se ha podido asociar a las enfermedades del corazón.

 

TODO EMPIEZA EN TU CONCIENCIA

Para entender este mapa, primero debemos orientarnos hacia la idea de que las causas de los síntomas están en el interior de nuestro cuerpo. Bien es cierto que los gérmenes causan enfermedades y los accidentes causan heridas, pero también es verdad que esto ocurre de acuerdo con lo que está sucediendo en la conciencia de la persona involucrada.

Los gérmenes están por todas partes. Entonces, ¿por qué algunas personas se ven afectadas y otras no? La respuesta es: porque algo diferente ocurre en su conciencia.

¿Por qué algunos pacientes responden mejor a los tratamientos que otros? Porque tienen actitudes diferentes. Algo diferente ocurre en su conciencia. Cuando alguien resulta herido en un "accidente", por qué se ve afectada una parte muy concreta de su cuerpo, ¿y por qué es la misma parte del cuerpo en la que habitualmente tiene problemas? Es un "accidente", ¿o hay un patrón y un orden en el modo en que suceden las cosas en nuestro cuerpo?

 

TÚ ERES UN SER DE ENERGÍA

Tu conciencia, tu experiencia de Ser, quien tú eres realmente, es energía. De momento la llamaremos "Energía de la Vida". Esta energía no vive exactamente en tu cerebro, sino que está por todo tu cuerpo. Tu conciencia está conectada a cada célula de tu cuerpo. A través de tu conciencia puedes comunicarte con cada órgano y cada tejido, y muchas terapias se basan en la comunicación con aquellos órganos del cuerpo que están afectados por algún tipo síntoma o enfermedad.

 

Esta energía, que es tu conciencia y que refleja tu estado de conciencia, puede medirse a través del proceso conocido como fotografía Kirlian. Al tomar una fotografía Kirlian de tu mano, ésta muestra un cierto "dibujo" de energía. Si realizamos una segunda fotografía mientras imaginas que estas enviando amor y energía a alguien que conoces, obtendremos unos "dibujos" de energía diferentes en la fotografía Kirlian. De este modo, podemos ver que un cambio en tu conciencia crea un cambio en el campo de energía que está siendo fotografiado, al que llamamos aura.

 

Este campo de energía que aparece en las fotografías Kirlian ha sido cuantificado, y por lo tanto, cuando hay agujeros en zonas concretas del campo de energía, se dice que corresponden a debilidades en partes concretas del cuerpo físico. Lo más interesante de todo esto es que la debilidad queda reflejada en el campo de energía antes de que se dé cualquier evidencia de ésta en el nivel físico.

 

De este modo, obtenemos una interesante dirección de la manifestación mostrada a través de lo que hemos descrito.

 

1. Un cambio de conciencia crea un cambio en el campo de energía.                        

2. Un cambio en el campo de energía se manifiesta antes que un cambio en el cuerpo físico.

 

La dirección de la manifestación tiene su origen en la conciencia y, a través del campo de energía, llega al cuerpo físico.

 

Conciencia-----1-----Campo de energía-----2-----Cuerpo físico.

 

Si miramos las cosas de este modo, podremos ver que no es el cuerpo físico el que crea el campo de energía, el aura, sino que el aura o campo de energía es lo que crea el cuerpo físico. Lo que podemos ver es que el cuerpo físico es el resultado final de un proceso que empieza en la conciencia.

 

CADA UNO DE NOSOTROS CREA SU PROPIA REALIDAD

Cuando alguien toma una decisión que le deja una tensión, bloqueando el campo de energía con un grado de intensidad suficiente, esto crea un síntoma en el nivel físico. El síntoma habla una lengua que refleja la idea de que cada uno de nosotros crea su propia realidad. Al describir el síntoma desde este punto de vista, el significado metafórico del síntoma queda claro. De este modo, en lugar de decir "No puede ver" la persona debería decir "He estado absteniéndome de ver algo". Si no puede caminar, debería decir "He estado absteniéndome de alejarme de algo", y así sucesivamente. Debemos entender que no hay ni accidentes ni coincidencias. Las cosas suceden siguiendo un patrón y un orden.

 

EL SISTEMA DIRECCIONAL HUMANO

Podemos decir que tenemos un sistema de guía interno, una conexión con nuestro Ser Superior, o nuestro Ser Interior, o como queramos llamarlo, para referirnos a esta Inteligencia Superior. Este sistema de guía interno funciona a través de lo que llamamos nuestra intuición, o nuestro instinto. Este habla en un lenguaje muy sencillo. Dice si se encuentra bien o no, y todo lo demás son cuentos.

 

Dicen que debemos hacer lo que nos hace sentir bien y evitar hacer lo que no nos hace sentir bien. Dicen que debemos confiar en nuestra voz interior. Cuando no seguimos a esa voz interior, sentimos tensión. No nos sentimos bien. Así pues, la voz debe hablar más alto. El siguiente nivel de comunicación es a través de las emociones. Si seguimos, y seguimos en la dirección que no nos hace sentir bien, vamos experimentando más y más emociones que no nos hacen sentir bien, y en un momento dado podemos decir: "Debería haberme escuchado a mí mismo cuando pensaba moverme hacia la otra dirección". Esto significa que habíamos oído la voz interior. Si no, no podríamos haber dicho: "Debería haber escuchado". Si tomamos la decisión que sabemos que es la correcta para nosotros, y además cambiamos de dirección, obtendremos una disminución de la tensión, nos sentiremos mejor y sabremos que estamos de nuevo en el camino correcto.

 

Si continuamos moviéndonos hacia la dirección que no nos hace sentir bien, la comunicación  alcanza nivel físico. Creamos un síntoma  y el síntoma habla una lengua que dice que cada uno de nosotros crea su propia realidad. Al describir el síntoma desde este punto de vista, podemos entender el mensaje.

 

Si cambiamos nuestra forma de ser, es que hemos recibido el mensaje y el síntoma ya no tiene razón de existir. Podremos liberarlo, siempre que nos permitamos creer que es posible.

 

Si creamos el síntoma con una decisión, también somos capaces de liberarlo con otra decisión.

 

A moda de hipótesis, imaginemos que alguien toma la decisión de que no es buena idea expresar lo que quiere. Desde ese momento, siempre que haya algo que esa persona quiera, se abstendrá de decirlo y por lo tanto de tenerlo. Esto le hará sentirse mal. La tensión crecerá, y cada vez se encontrará peor al abstenerse de expresar lo que quiere y al no obtenerlo.

 

Supongamos que ocurre algo que crea un síntoma en el nivel físico y el brazo derecho de esta persona se ve afectado. Puede haberle ocurrido al caerse de una escalera, en un accidente de coche, por la contracción de un nervio del cuello o por haberse quedado dormido en una corriente de aire.

 

Algo debe pasar en el nivel físico para crear el síntoma, para dar a la persona el mensaje en el nivel físico sobre lo que se está haciendo a sí mismo. Notaremos literalmente lo que nos hemos estado haciendo en sentido figurado.

 

El hecho es que esa persona no puede mover el brazo. Está absteniéndose de alcanzar algo, y puesto que es el brazo derecho, la parte "voluntaria" del cuerpo, está absteniéndose de obtener o de ir a buscar lo que quiere. Esa persona ha estado dándose motivos para creer que no puede obtener aquello que desea. Cuando empiece a hacer algo distinto en su conciencia, notará que algo diferente está ocurriendo en su brazo y el síntoma podrá liberarse.

 

LOS CHAKRAS Y EL MAPA

Para entender el mapa de la conciencia que representa el cuerpo, podemos remitimos a algunas antiguas tradiciones hindúes que han estado estudiando la conciencia durante miles de años, y que utilizan el lenguaje de los chakras.

 

Chakra es una palabra sánscrita que significa "rueda" o "vórtice" porque es la forma que tiene. Cada chakra es una sólida bola de energía que interpenetra en el cuerpo físico del mismo modo en que lo hace un campo magnético.

 

Los chakras no son físicos; son aspectos de nuestra conciencia igual que las auras. Los chakras son más densos que las auras, pero no tanto como el cuerpo físico. Interaccionan con el cuerpo físico a través de dos vehículos principales: el sistema endocrino y el sistema nervioso. Cada uno de los siete chakras está asociado a una de las siete glándulas endocrinas, y a su vez a un plexo, es decir, un grupo de nervios. De este modo, cada chakra puede asociarse a partes y funciones concretas del cuerpo controladas por el plexo o por la glándula endocrina asociada a dicho chakra.

 

Tu conciencia, tu experiencia de ser, representa todo lo que te es posible experimentar. Todos tus sentidos, todas tus percepciones, todos tus posibles estados de conciencia pueden dividirse en siete categorías. Cada categoría puede asociarse a un chakra en concreto. Así pues, los chakras no solo representan unas partes concretas del cuerpo físico, sino también zonas concretas de la conciencia.

                         

Cuando sentimos tensión en la conciencia, la sentimos en el chakra asociado a esa parte de la conciencia y, a su vez, en las zonas del cuerpo físico que están relacionadas con ese chakra. Donde sintamos el estrés depende del porqué sentimos ese estrés. Cuando alguien resulta herido en una relación, lo siente en el corazón. Cuando alguien está nervioso le tiemblan las piernas y la vejiga se debilita.

 

Cuando hay tensión en una parte concreta de tu conciencia, y por tanto en el chakra asociado a esa parte de la conciencia, la tensión es detectada por los nervios del plexo asociado a ese chakra, que la transmiten a las partes del cuerpo que controla ese plexo. Cuando la tensión continua durante un periodo de tiempo, o a un nivel de intensidad determinado, la persona crea un síntoma en el nivel físico. De nuevo, el síntoma sirve para comunicar a la persona, a través de su cuerpo, lo que le está haciendo a su conciencia. Cuando esa persona cambia algo de su forma de ser, es capaz de liberar esa tensión que ha estado creando ese síntoma y es capaz de volver a su estado natural de equilibrio y salud.

 

LEER EL MAPA

Cuando leemos el cuerpo como un mapa de la conciencia interior, trabajamos con la idea de que las tensiones en el cuerpo representan tensiones en la conciencia de la persona que afectan a lo que está sucediendo en la vida de esa persona en el momento en que aparece ese síntoma. La persona siente tensión por algo que estaba ocurriendo en su vida en ese momento.

 

Vamos a examinar el mapa de la conciencia que nos proporcionan los chakras para entender el lenguaje de los síntomas que están asociados a cada chakra. De hecho, para completar este mapa, debemos mirarnos a nosotros mismos como una polaridad del yin y el yang, con características femeninas y masculinas.

 

Para la mayoría de personas, su lado derecho es el lado yang, su lado de la voluntad, su parte actuante o activa. El lado izquierdo corresponde al lado yin, el lado femenino, su lado de los sentimientos o de la adaptación. En el caso de las personas que han nacido zurdas, esta polaridad esta invertida. Así pues, para una persona diestra, su pierna derecha puede describirse como la pierna de la voluntad, o su pierna masculina, o la base de su voluntad; para una persona zurda su pierna izquierda será su pierna masculina o de la voluntad, y así sucesivamente. De este modo podemos hablar del brazo de la voluntad, del ojo de la voluntad o de la ventana de la nariz de la voluntad, etc. Y el lado de que se trate dependerá de si la persona es diestra o zurda.

 

Cada uno de los chakras es energía que vibra a una cierta frecuencia, en una secuencia lógica y ordenada de siete vibraciones. A medida que vamos subiendo en la escala, los elementos se van haciendo más y más sutiles, moviéndose a través de los cinco elementos físicos -la tierra, el agua, el fuego, el aire, y el éter- hacia los elementos espirituales del sonido interior y la luz interior. El elemento más pesado queda en el fondo, y el más ligero en la cima. Es una secuencia lógica y ordenada.

 

Los colores del espectro también representan una serie de siete vibraciones en una secuencia lógica y ordenada, del mismo modo que las notas de la escala musical. De este modo, podemos colocar las vibraciones más pesadas o las que tengan mayor longitud de onda en el fondo, y las más ligeras en la cima. Puede usarse un color concreto para representar un chakra en su estado puro, del mismo modo que una nota musical. La música tocada en una clave en concreto hace vibrar a un chakra en particular, y nosotros nos sentimos de un modo especial cuando escuchamos esa música. Nuestra relación con un color en particular dice algo sobre nuestra relación con la parte de nuestra conciencia que representa ese color.

 

El Chakra Raíz está asociado con las partes de nuestra conciencia relacionadas con la seguridad, la supervivencia o la confianza. Para mucha gente, esto está relacionado con las partes de la conciencia que están asociadas al dinero, el hogar y el trabajo. Cuando este chakra está en estado puro, la persona es capaz de sentirse segura, de estar presente aquí y ahora, y de sentirse conectada a la tierra. Cuando hay tensión en este chakra, es experimentada como inseguridad o miedo. Cuando hay más tensión, es experimentada como una amenaza a la supervivencia.

 

Las partes del cuerpo controladas por el plexo sacro y por este chakra incluyen el sistema óseo, las piernas, y el sistema de evacuación. Además, los síntomas en estas partes del cuerpo representan tensiones en el nivel del Chakra Raíz, y sabemos que esa persona está viendo el mundo a través de un filtro perceptivo de inseguridad o miedo. Las glándulas suprarrenales también están asociadas a este chakra.

 

Si una pierna se ve afectada, debemos ver si ésta es la pierna masculina o la pierna femenina y, de este modo, si tiene algo que ver con la confianza en un hombre o con la confianza en una mujer. También podemos ver si tiene algo que ver con la confianza en la voluntad o con los aspectos de la confianza en las bases del ser emocional, con relación a lo que está ocurriendo en la vida de esa persona en el momento en que ese síntoma se desarrolla.

 

El sentido físico del olfato y además el órgano de este sentido, la nariz, están asociados al Chakra Raíz. Los síntomas a nivel de la nariz o que afectan al sentido del olfato reflejan tensiones en el nivel del Chakra Raíz.

 

 Cada chakra está relacionado con un elemento. El Chakra Raíz está asociado con el elemento de la tierra, y nos da información sobre la relación de la persona con la tierra, o sobre cómo se siente al estar sobre la tierra, a la que denominamos Madre Tierra. Este chakra también está asociado con la relación que tenemos con nuestra madre. Cuando alguien experimenta una sensación de separación de su madre, o no se siente amado por ella, esta persona corta sus raíces y experimenta síntomas de tensiones en el nivel del Chakra Raíz, y así seguirá hasta que pueda abrirse de nuevo para aceptar el amor de su madre.

 

Cuando un niño llega al mundo en una estructura familiar tradicional, la madre le proporciona la nutrición y el padre la dirección. De este modo, en la relación del niño con la madre, se toman ciertas decisiones sobre como son las cosas. Así pues, la relación con la madre se convierte en un modelo para la relación que esa persona tendrá con todo lo que represente seguridad: el dinero, el hogar y el trabajo.

 

El Chakra Raíz está asociado con al color rojo.

 

El Chakra del Abdomen está asociado a las partes de nuestra conciencia relacionadas con la comida y el sexo, la comunicación del cuerpo con la persona que hay en su interior, sobre lo que el cuerpo quiere o necesita, y sobre lo que encuentra placentero. También está asociado con lo que pasa en la conciencia en relación a tener hijos. Cuando este chakra se encuentra en su estado puro, la persona está en contacto con esta comunicación, escuchando y respondiendo adecuadamente a lo que el cuerpo quiere y necesita.

 

Las partes del cuerpo controladas por el plexo lumbar incluyen el sistema reproductor, el abdomen y la región lumbar de la espalda.

 

El sentido del gusto está asociado a este chakra, del mismo modo en que lo está el elemento del agua. Cuando alguien no tiene una relación clara con el agua (nadar, por ejemplo, o estar en un barco), ésta refleja su actitud en relación a las partes de su conciencia que represente este chakra.

 

Las tensiones en el lado de la voluntad o lado emocional de este chakra indican tensiones en la conciencia de esta persona como conflictos entre la voluntad o las emociones y lo que el cuerpo de la persona está pidiendo.

 

Este chakra está asociado con el apetito. También está relacionado con la voluntad de la persona para sentir sus emociones.

 

Este segundo chakra està asociado al color naranja. El chakra del plexo solar está asociado a las partes de nuestra conciencia que tienen relación con las percepciones de poder, control o libertad. En su estado puro, representa la facilidad de ser y el bienestar con lo que es real para uno mismo, es decir, sentirse cómodo con quien se es.

 

Las partes del cuerpo asociadas a este chakra incluyen los órganos más cercanos al plexo solar -el estómago, la vesícula biliar, el bazo, el hígado, etc.- así como la piel como sistema, el sistema muscular y el rostro en general.

 

El sentido físico relacionado con este chakra es el sentido de la vista. Todo aquel que sufra de alguna dolencia en la vista experimenta una tensión en el nivel del Chakra del Plexo Solar con relación al poder, el control o la libertad. Las personas que sufren miopía sufren también tensiones en el nivel del Chakra Raíz y experimentan el mundo a través de un filtro perceptivo de miedo o inseguridad. Aquellos que sufren hipermetropía también experimentan tensión en el nivel del Chakra de la Garganta y ven el mundo a través de un filtro perceptivo de ira o culpabilidad. Las personas que sufren astigmatismo ven a través del filtro perceptivo emocional de la confusión.

 

La glándula endocrina asociada al Chakra del Plexo Solar es el páncreas. Podemos decir que los diabéticos se abstienen de la dulzura. Cuando alguien se acerca demasiado a la dulzura se siente amenazado en su capacidad de ser quien es, y entonces surge una emoción para establecer de nuevo una distancia segura. Esa emoción es la ira. La diabetes está asociada con la ira reprimida.

 

El elemento relacionado con este chakra es el fuego y la relación de la persona con el sol habla sobre su relación con las partes de la conciencia asociadas al Chakra del Plexo Solar.

 

El color del chakra del plexo solar es el amarillo.

 

El Chakra del Corazón está asociado a las partes de la conciencia vinculadas a las relaciones y a nuestras percepciones de amor. Las relaciones a las que hacemos referencia son aquellas que tenemos con la gente que está más cercana a nuestro corazón: nuestra pareja, nuestros padres, hermanos, hijos.

 

Las partes del cuerpo asociadas a este chakra incluyen el corazón y los pulmones, y el sistema circulatorio como tal. Este chakra también está relacionado con la glándula timo, que controla el sistema inmunológico. Cuando este se ve afectado, por ejemplo, por el SIDA, el estilo de vida de la persona que sufre esta enfermedad le separa de las  personas que ama.

 

El sentido físico asociado a este chakra es el sentido del tacto, en su aspecto de relacionarse con la persona que hay en el interior del cuerpo. Por ejemplo, un masaje dado por alguien sin sensibilidad hacia lo que la persona siente en su interior sería un ejemplo de la sensación que asociamos al Chakra del Abdomen, pero cuando el masajista parece sentir lo que la persona está experimentado en el interior de su cuerpo, entonces incluye el aspecto de relación que asociamos con el Chakra del Corazón. Cuando alguien experimenta una sensibilidad extrema a ser tocado, debemos preguntarnos qué es lo que está ocurriendo en el nivel del Chakra del Corazón.

 

Este chakra está asociado con el elemento del aire. Cuando alguien tiene problemas con el aire, dificultades al respirar (asma, enfisema, tuberculosis, etc.), podemos afirmar que su relación con el aire refleja su relación con el amor: dificultad al admitirlo o al expresarlo, por ejemplo.

 

El color que se asocia al Chakra del Corazón es el verde esmeralda.

 

El Chakra de la Garganta está asociado con las partes de la conciencia relacionadas con expresar y recibir. La expresión puede manifestarse tanto en la forma de comunicar lo que se desea y lo que se siente, como en forma de expresión artística, como un artista pintando un cuadro, un bailarín bailando o un músico tocando un instrumento, en definitiva utilizando un modo de expresar y dar al exterior lo que hay en el interior. Expresar está relacionado con recibir: "Pide, y recibirás".

 

El Chakra de la Garganta está relacionado con la abundancia, con el estado de conciencia llamado "gracia", en el que parece que todo lo que uno quiere para sí es también lo que Dios quiere para uno. Aceptar todo lo que el abundante universo nos ofrece requiere un sentido incondicional de recepción.

 

Este chakra también está relacionado con escuchar la propia intuición, y con fluir de un modo concreto en el que parece que el Universo nos apoya en todo lo que hacemos. Es el primer nivel de conciencia desde el cual se percibe otro nivel de funcionamiento de la inteligencia, así como la propia interacción con este otro nivel de inteligencia.

 

Las partes del cuerpo relacionadas con este chakra incluyen la garganta, los hombros, los brazos, las manos y la glándula tiroides.

 

El sentido del oído está asociado a este chakra y el elemento del éter, el elemento físico más sutil que corresponde a lo que encontramos en el espacio profundo. El éter es el paso entre las dimensiones física y espiritual. Todo aquel que mire el mundo a través de este chakra contempla la manifestación de lo que queremos, y el Brazo del Sentimiento representa la manifestación lo que nos hace feliz.

 

Afortunadamente, ambos apuntan hacia lo mismo.

 

El azul celeste es el color asociado a este chakra.

 

El chakra de la frente asociado a las partes de la conciencia relacionadas con la visión espiritual y el hogar del Espíritu, el Ser Interior. Este nivel de conciencia está asociado a lo que las tradiciones occidentales denominan el inconsciente o el subconsciente, la parte de nuestra conciencia que dirige nuestras acciones y nuestra vida. Desde este nivel somos conscientes de las motivaciones que se esconden tras nuestras acciones. Podemos ver nuestro escenario exterior desde un punto de vista interior.

 

Este chakra está asociado con el plexo carotideo, los nervios de cada lado de la cara y la glándula pituitaria. Las jaquecas en las sienes o en la frente están relacionadas con tensiones en este nivel. Este chakra controla todo el sistema endocrino como tal y el proceso de crecimiento.

 

El chakra de la frente, también conocido como Tercer Ojo, está relacionado con la percepción extrasensorial (PES), el conjunto de todos los sentidos interiores que corresponden a sentidos exteriores, y que juntos se consideran comunicación "de espíritu a espíritu". El elemento asociado a este chakra es una vibración conocida como Sonido Interior, el sonido que oímos en nuestros oídos y que no depende de nada en el mundo físico. Hay quien lo considera una condición patológica. En algunas tradiciones orientales, la capacidad de oír este Sonido Interior se considera un requisito previo necesario para un mayor crecimiento espiritual.

 

El color asociado a este chakra es el índigo, el añil, el color del lápiz azul, o el color del cielo en una noche de luna llena.

 

El Chakra de la Coronilla está asociado a las partes de la conciencia relacionadas con la unidad o la separación y, del mismo modo que el Chakra Raíz muestra nuestra conexión con la Madre Tierra, este chakra muestra nuestra conexión con Nuestro Padre, que está en el Cielo. En principio esto está relacionado con nuestra conexión con nuestro padre biológico. Después se transforma en un modelo para nuestra relación con la autoridad, y llega a ser el modelo de nuestra relación con Dios. Cuando hay un sentimiento de separación de nuestro padre biológico, la persona cierra este chakra y el efecto que causa en la conciencia es un sentido de aislamiento y soledad, como si estuviéramos en el interior de una concha, y tuviéramos dificultad para ponernos en contacto con la gente que está en el exterior.

 

La persona se siente como si se estuviera escondiendo de Dios, o escondiéndose de sí misma, sin ver lo que es cierto para ella en la parte más profunda de su conciencia, la parte que llamamos alma.

 

Este chakra también está relacionado con el sentido de la dirección.

 

Las partes del cuerpo que controla este chakra son la glándula pineal, el cerebro y el sistema nervioso como tal.

 

El color asociado al Chakra de la Coronilla es el violeta, el color de la amatista.

 

EMPLEO DEL MAPA

Cuando sentimos tensión en una parte concreta del cuerpo, esto representa una tensión en una parte concreta de la conciencia, sobre una parte concreta de la vida de la persona. Ser consciente de estas asociaciones nos ayuda a ver la importancia de resolver los puntos tensos de nuestra vida.

 

Si solo fuera cuestión de hacer lo necesario para que la persona sea feliz, esta sería una razón suficiente para motivar a la persona que quiere cambiar algo que no funciona bien para ella. Pero en este caso, vemos que también se trata de una cuestión de salud. Aquellos puntos que quedan sin resolver en la vida de una persona son, de hecho, peligrosos para su salud.

 

Cuando vemos las correspondencias entre la conciencia y el cuerpo, vemos el grado en que cada uno de nosotros crea su propia realidad. De hecho, estas palabras empiezan a cobrar un nuevo significado. Vemos como todo comienza en nuestra conciencia y que, del mismo modo, somos capaces de mirarnos a nosotros mismos en otros aspectos de nuestra vida.

 

Cuando vemos como el cuerpo lleva los mensajes y los deseos más profundos del Ser que hay en su interior, podemos darnos cuenta de que el proceso puede ir en más de una dirección. Si nuestra conciencia dirige como desarrollamos los síntomas, también puede dirigir como liberar esos síntomas. Si nuestra conciencia puede hacer que nuestro cuerpo se ponga enfermo, nuestra conciencia también puede hacer que nuestro cuerpo se cure.

 

La conclusión lógica de este proceso es que todo puede curarse.

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