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sábado, 26 de noviembre de 2011

Jiddu Krishnamurti. Reflexiones.

                                                                                          La vida como un espejo.

ASÍ REFLEXIONABA

JIDDU KRISHNAMURTI

Citas del libro “La mente que no mide”.

 

“LA CAUSA FUNDAMENTAL DE LA CONFUSIÓN

“Esta no es una conferencia sobre un tema en particular con el fin de adoctrinarlos y moldear sus pensamientos u opiniones, sino que es más bien una conversación entre dos personas, ustedes y quien les habla. Somos dos amigos que, sentados en el banco de un parque, discutimos juntos acerca de nuestros problemas, dos amigos profundamente interesados en lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, en la confusión y el caos que imperan en todas partes del mundo. 

“No sé si ustedes tienen un amigo con el que hablan, al que le revelan sus propios sentimientos, sus conceptos, sus ideas, sus desengaños, etcétera. Vamos a conversar juntos de esa manera explorando, investigando sin ningún prejuicio, con una gran amistad, que implica un gran afecto, y respetándonos uno a otro, sin que haya ninguna clase de pensamientos o motivos ocultos.

“En primer lugar, veamos sin prejuicio alguno no como alemán, inglés, americano o ruso- lo que está sucediendo alrededor de nosotros, exteriormente. Somos seres humanos, cualquiera que sea el país al que pertenezcamos. Uno observa países que atraviesan por una enorme confusión, por una gran incertidumbre; hay muchísimo caos. La gente está desorientada. Pero, infortunadamente, al estar condicionados, confundidos, inseguros, tratamos de encontrar una solución en el pasado, y nos volvemos a nuestras tradiciones.

“Esto es lo que está ocurriendo en todo el mundo. Están los fundamentalistas que aceptan la Biblia como su autoridad, los fundamentalistas islámicos que acuden al Corán. Y están los fundamentalistas que acuden a Marx. Así, cuando nos sentimos inseguros, confundidos, grandemente perturbados, acudimos al pasado, a algún tipo de autoridad, a cierta clase de libros, con el fin de encontrar una orientación. 

“Ahora bien; en este país, como pueden observar, hay demasiados libros, demasiados marbetes. De modo que aquí* la tradición es incierta. Ustedes tienen todos los líderes, todos los gurús, pero todos aquellos que se titulan santos, no han ayudado a la humanidad. [*aquí, se refiere a la India, donde Krishnamurti expone estas reflexiones.]

“¿Cuál es la causa fundamental de toda esta confusión? Cuando uno puede encontrar la causa, entonces puede ponerle fin una causa tiene un final. Nos estamos preguntando cuál es la causa o cuáles son las causas de esta confusión, de esta falta de integridad, de esta sensación de extremo deterioro. ¿Cuál es el origen de todo esto?

“Casi todos nosotros jugamos con los síntomas. Decimos que ello se debe a la superpoblación, a los malos gobiernos. Es igual en todo el mundo falta de dirección, falta de moralidad. Son todos síntomas. Uno jamás se pregunta cuál es la causa de todo esto.

“Cuando empezamos a investigar la causa, cada uno de nosotros ofrece opiniones diferentes. Cuanto más eruditos somos, tanto mayor es nuestra afirmación acerca de la causa o las causas. Pero nosotros no somos personas muy eruditas. Somos personas comunes, legos, no somos muy brillantes ni muy inteligentes. Pero estamos presos en esta confusión que existe en el mundo y aquí, en este país. 

“Cada nación, cada grupo está preparándose para la guerra. Todos los países, especialmente los países industriales, están proveyendo de armamentos al resto del mundo. Nadie pregunta: "¿Por qué hemos de tener guerras, por qué tenemos que matarnos, que asesinarnos unos a otros?" Se habla de detener las guerras nucleares, pero no de poner fin a todas las guerras. 

“¿Por qué los seres humanos se han reducido a sí mismos a esta condición? Es una pregunta muy importante. ¿Por qué tenemos que matar a otras personas? ¿Es por nuestra nación, por nuestro grupo particular? Hemos aceptado la idea de la guerra como un proceso histórico, y ella se ha vuelto una realidad. Pero el origen de todo esto es que vivimos en una ilusión, la ilusión de que nuestro país debe ser protegido. ¿Qué es el país de uno? ¿Qué es lo que está protegiendo cada uno de ustedes? ¿Su casa, su hogar, sus ideas, su cuenta bancaria? Todo el mundo se está deteriorando, se está derrumbando, y nosotros no investigamos las causas fundamentales. “Entonces, ¿cuál es la causa? ¿Es que tanto hemos acudido en procura de ayuda a los líderes políticos, religiosos y económicos con sus ideas particulares, con sus peculiares sistemas, que siempre estamos dependiendo de otros para que nos guíen, para que nos digan lo que debemos hacer? ¿Es ése el origen, la causa fundamental de esto, o culpan ustedes al medio en que viven? 

“El medio en que viven es el gobierno que no tiene un líder adecuado, un gurú honesto. Ése es el medio algo exterior a nosotros. ¿Es ésa la causa de esto, lo cual significa que hemos confiado enteramente en la autoridad la autoridad de la tradición, la autoridad de los libros, de los líderes, de los gurús, etc.? Cuando uno depende así, poco a poco se debilita, se enferma, es incapaz de pensar claramente. Este es un hecho. 

“Los periódicos les dicen a ustedes lo que deben pensar. Todas las reuniones a las que asisten, los discursos que escuchan, los adoctrinan. De modo que la falta de confianza en nosotros mismos, la falta de un sentido de responsabilidad por nosotros mismos, puede que sea el origen fundamental de toda esta confusión. Nos hemos vuelto irresponsables porque dependemos.

 

“LA DEPENDENCIA

“¿Es posible ser una luz para sí mismo y no depender de ninguna persona? Uno tiene que depender del lechero, del cartero, del policía que cuida el orden en los cruces de las calles. Uno depende del médico, del cirujano. Pero en lo interno, en lo psicológico, si podemos ser una luz para nosotros mismos, no tenemos que depender de nadie para pensar claramente, para observar nuestras propias reacciones y respuestas.

“¿Comprenden lo que esto significa ser luz para uno mismo? No es la confianza en uno mismo, la cual forma parte de la condición egocéntrica, egotista. Pero el ser luz para sí mismo, requiere gran libertad, un cerebro muy claro, no un cerebro condicionado. Y tener un cerebro activo, capaz de afrontar retos, de cuestionar, de dudar, implica tener energía. Pero cuando uno depende de otros, pierde la energía. 

“Prosigamos, pues, a partir de ahí. La mente, el cerebro de ustedes, ¿está condicionado? ¿Entienden esa palabra 'condicionado'? Desde el instante en que nacemos, el cerebro va siendo condicionado, moldeado por la tradición, por la religión, por la literatura que leemos, por los periódicos, por nuestros padres. 

“El cerebro ha vivido por millones de años. Ha tenido innumerables experiencias. Se ha enfrentado a guerras, al dolor, al placer, a sufrimientos, agonías, grandes perturbaciones. Y está condicionado como hindú, sikh, musulmán, cristiano... ¿Por qué está condicionado?

Estamos investigando seriamente si el condicionamiento de nuestro cerebro puede terminar. ¿Nos damos cuenta de ese condicionamiento, vemos claramente que estamos condicionados? ¿Al menos en esto estamos de acuerdo ustedes y yo? Si uno se halla condicionado, eso implica que su existencia se vuelve mecánica uno repite que es hindú, que es musulmán, que es marxista y así sucesivamente. Nuestro cerebro se vuelve mecánico, repitiendo la misma cosa una y otra y otra vez. 

“Así que, en primer lugar, conversando uno con otro como dos amigos, ¿nos damos cuenta realmente de que nuestros cerebros están condicionados? Entonces nos preguntamos si es posible librar al cerebro de ser hindú, musulmán, cristiano, marxista. Somos seres humanos, no etiquetas. Pero las etiquetas cuentan muchísimo. Eso es lo que ocurre.

 

“LIBERTAD Y CONDICIONAMIENTO 

“Cuando hay condicionamiento, no hay libertad. No puede haber amor, no puede haber afecto. Es imperativo, absolutamente esencial para el futuro de la humanidad, que nos ocupemos de investigar el cerebro con su condicionamiento. Si nos damos cuenta de eso, entonces podemos proceder a averiguar si es posible liberar al cerebro. Se sobreentiende que la relación entre el cerebro y la mente puede darse cuando el cerebro es completamente libre. Entonces el cerebro es la mente. Examinaremos esto más tarde a medida que avancemos. 

“Estamos condicionados, y nos preguntamos si es posible librarnos de ese condicionamiento. No digan que sí o que no, porque eso sería absurdo; mientras que si investigan, entonces están aprendiendo gracias a la investigación. ¿Por dónde empiezan a investigar si es posible liberar al cerebro de su condicionamiento, a investigar si es posible no ser un hindú o un musulmán o un sikh, sino un ser humano con todos los afanes, las ansiedades, las incertidumbres de la humanidad, con toda la profundidad de la angustia y el dolor humanos?

“¿Empezarán a investigar desde afuera, o empezarán a hacerlo desde adentro? O sea, ¿es el mundo exterior diferente del mundo en que vivimos internamente? ¿Comprenden esa pregunta? La sociedad, la moral, el mundo exterior, ¿es diferente de ustedes, o son ustedes los que lo han creado? Por favor, consideren esto. El mundo es cada uno de ustedes, y cada uno de ustedes es el mundo. Es muy importante que esto se comprenda. 

“En nuestro desorden, en nuestra confusión, en nuestro deseo de seguridad, hemos creado un mundo exterior a nosotros, que es la sociedad, la cual es corrupta, inmoral, confusa y está permanentemente en guerra, porque nosotros mismos estamos internamente confundidos y en conflicto.

 

“COMENZAR POR UNO MISMO 

“Entonces, ¿por dónde comienzan, sabiendo que son ustedes los que han creado este mundo? Tienen que comenzar consigo mismos, no con la modificación del sistema, del mundo exterior. Eso implica no ir en busca de un nuevo líder, un nuevo sistema, una nueva filosofía o nuevos gurús, sino mirarse cada uno a sí mismo tal como es. ¿Pueden ustedes observarse a sí mismos como observarían el propio rostro en un espejo? ¿Pueden observar así sus reacciones, sus respuestas? Porque sus reacciones y sus respuestas son lo que son ustedes. Por lo tanto, comencemos a investigar ahí. 

“La vida es un proceso de relación. La vida no existe sin relación. Éste es un hecho. Uno puede ser un ermitaño, un monje, puede apartarse de toda la sociedad, pero está relacionado. Como ser humano, uno no puede evadir el estar relacionado. Estamos relacionados con nuestra esposa, con nuestro marido, con nuestros hijos, estamos relacionados con nuestro gobierno, nos relacionamos con el ermitaño que se retira del mundo, porque lo alimentamos, y él a su vez, está relacionado con sus ideas. 

“De modo que la relación es la base de la existencia humana. Sin relación no hay existencia. Ustedes se relacionan, o bien con el pasado, es decir, con toda la tradición, con todos los recuerdos, con los monjes, o se relacionan con alguna ideación sobre el futuro. Por lo tanto, la relación es la cosa más importante en la vida. ¿Ven la verdad de eso, no verbalmente, no con el intelecto, sino realmente, con la mente y el corazón? 

“Estamos investigando qué relación establecen ustedes con otro, sea esta relación íntima o no. ¿Es que desde la infancia se les lastima, se les hiere psicológicamente y, en consecuencia, desde esa lastimadura, desde esa herida psicológica engendran ustedes violencia?

“La consecuencia de hallarnos lastimados, heridos internamente, es que nos encerramos más y más en nosotros mismos a fin de que no se nos lastime. Y nuestra relación con otro se vuelve entonces muy estrecha, muy limitada.

“Primero debemos investigar y descubrir si es posible que uno no sea lastimado jamás. ¿Cuál es el origen de que nos sintamos lastimados psicológicamente? ¿Cuál es la causa? Cuando digo que me siento lastimado, que me han lastimado en mi orgullo, ¿qué significa eso? Mi maestro me ha lastimado, me han lastimado mis padres. Todos nos sentimos lastimados. Todos estamos psicológicamente heridos por un incidente, por una palabra, una mirada, un gesto. ¿Qué es, entonces, lo que se halla lastimado? Uno dice: "Yo me siento lastimado". ¿Qué es ese 'yo' al que lastiman? ¿No es acaso una imagen que hemos construido de nosotros mismos? 

“Estamos formulando una pregunta muy seria: ¿Qué es lo que está lastimado? El cerebro tiene la capacidad de crear imágenes. Las imágenes son las ilusiones. Nosotros tenemos ilusiones; la guerra es una ilusión, y la aceptamos. Ustedes aceptan matar a otro ser humano, matar otra vida; aceptan eso como parte de la imagen que tienen. Ustedes tienen muchas, muchísimas imágenes. Y una de esas imágenes es: "Me lastiman". 

“Estamos investigando cuál es la entidad lastimada. La entidad es la imagen que he construido de mí mismo. Pienso que soy un gran hombre y viene uno de ustedes y me dice: "No sea idiota". Quedo lastimado. Donde hay comparación, hay heridas psicológicas. Cuando me comparo con alguien que es más hábil, más brillante, más inteligente, o sea, cuando existe el medir, tengo que quedar lastimado. Así que, por favor, investiguen si pueden ustedes vivir sin comparar, sin medir. Siempre estamos comparándonos con alguien. Comienza en la escuela, cuando al niño se le dice que debe ser tan bueno como su hermano. Eso es comparación, eso es medida, y ese proceso continúa a lo largo de toda la vida.

 

“LA COMPARACIÓN

“¿Es, por tanto, posible vivir sin medir, sin comparar? Esta es una cuestión tremendamente complicada. Porque la palabra 'mejor' implica medida. La palabra 'más' implica medida. El mejoramiento de uno mismo implica medida. Averigüen si es posible vivir sin medir, lo que equivale a vivir sin comparar. Forma parte de la meditación investigar el significado del no devenir; el devenir, el llegar a ser, implica medida. ¿Es posible que en nuestra relación de unos con otros, por intima que sea, no intervenga la medida? Eso quiere decir que nuestro cerebro debe estar activo en la relación; debe investigar nuestra relación, investigar si en esa relación hay heridas psicológicas, y ver que esas heridas producen más temor, más encierro en uno mismo y, por consiguiente, más aislamiento. Y mientras haya aislamiento, sea externa o internamente, tiene que haber conflicto. 

“Estamos diciendo que el cerebro ha sido condicionado al aislamiento como hindú, como budista, etcétera. Para investigar esta cuestión de si el cerebro puede librarse de su propio condicionamiento, tenemos que investigar la relación. ¿Qué relación establecen ustedes con otro, con la esposa, con el marido, con los hijos? Empiecen por ahí, cerca de la casa, no a gran distancia. Ustedes saben, señores, que para ir muy lejos, tienen que empezar muy, muy cerca. Para ir muy lejos, deben ustedes poner la propia casa en orden. 

“¿Pueden estar atentos, alertas, de modo que observen la relación que establecen y, desde ese estado de atención alerta, aprendan cómo responden, cómo reaccionan? Esa es la vida, la vida de todos los días. Ella requiere atención constante a cada reacción, a cada pensamiento. Pero casi todos nosotros somos muy perezosos. Nos hemos vuelto perezosos porque dependemos unos de otros. 

“Como dos amigos, hemos examinado este problema de la relación e investigaremos, además, la naturaleza de esa relación. El cerebro humano, ¿es 'mi' cerebro o es el cerebro de la humanidad? Esta es realmente una pregunta muy seria. El cerebro de cada uno de ustedes, ¿es un cerebro individual, o es el cerebro de la humanidad? Cuando uno dice, "es mi cerebro", cuando uno dice, "es mi conciencia", ¿es así realmente? ¿O es la conciencia de la humanidad? Investíguenlo.

“Sufrimos, nos sentimos inseguros, ansiosos, padecemos angustias, dolor. Somos eso. Tenemos creencias, conocimientos, carácter, y eso es lo que somos cada uno de nosotros. Y eso, exactamente, es nuestro vecino. Sufre, pasa angustias, pesares, dolores, infortunios. ¿Está, pues, la conciencia de cada uno de nosotros separada del resto de la humanidad? No, por supuesto que no. Si advertimos eso, si vemos la verdad de eso, entonces, ¿es cada uno de nosotros un individuo? Uno puede pensar que es un individuo porque es moreno, porque es bajo, porque la actividad periférica le hace creer que es un individuo; pero bien en lo profundo, ¿no es uno el resto de la humanidad? Cuando uno comprende eso, jamás matará a otro, porque estará matándose a sí mismo. Entonces de ello surge una gran compasión, un gran amor.

 

“LA VIDA ES UN MOVIMIENTO EN RELACIÓN

“Estamos sosteniendo una conversación, como dos amigos que han estado paseando por un sendero arbolado con abundancia de sombras y cantos de pájaros, y ahora se han sentado juntos y conversan sobre todo el problema de la existencia, que es muy complejo. No estamos convenciéndonos mutuamente acerca de ningún tema, no tratamos de persuadirnos ni de sobreponernos el uno al otro mediante argumentos o apegándonos dogmáticamente a las propias opiniones y prejuicios; más bien vamos a mirar juntos el mundo tal como es, y también miraremos el mundo que existe dentro de nosotros. 

“Muchos volúmenes se han escrito acerca del mundo exterior el medio ambiente, la sociedad, la política, la economía y demás, pero muy pocos han llegado al extremo de descubrir lo que realmente somos, o sea, descubrir por qué los seres humanos se comportan del modo como lo hacen, matándose unos a otros, constantemente angustiados, siguiendo a alguna persona, alguna autoridad, algún libro, algún ideal, sin tener una verdadera relación con sus amigos, sus esposas, sus maridos y sus hijos; descubrir por qué los seres humanos, después de tantos milenios, han llegado a ser tan vulgares, tan crueles, tan completamente faltos de afecto, de consideración, de atención hacia otros, negando lodo el proceso de lo que se considera que es el amor.

“Exteriormente, el hombre ha vivido en medio de guerras durante miles y miles de años. Ahora estamos tratando de detener la guerra nuclear, pero jamás detendremos las guerras. No ha habido en ninguna parte del mundo manifestaciones públicas para poner fin a las guerras, sino que hay manifestaciones contra determinadas guerras, y estas guerras han continuado; la gente es explotada, oprimida, y el opresor se convierte en el oprimido. Éste es el ciclo de la existencia humana con su dolor, su soledad, su gran sensación de desaliento, su ansiedad creciente, su total falta de seguridad. No tenemos relación con la sociedad ni con nuestros seres más íntimos, una relación sin disputas, sin conflictos, sin riñas, sin angustias y todo eso. Éste es el mundo en que vivimos y al que, estoy seguro, conocen muy bien todos ustedes.

“Como dijimos ayer, debemos mirar las actividades del pensamiento, porque vivimos a base de pensamientos. Todas nuestras acciones se basan en el pensamiento, todos nuestros esfuerzos deliberados tienen por base el pensamiento: nuestras meditaciones, nuestros cultos, nuestras oraciones. El pensamiento ha producido la división de las nacionalidades que da origen a las guerras, la división en religiones, como la judía, la árabe, la musulmana, la cristiana, la hindú, la budista, etc.

“El pensamiento ha dividido el mundo no sólo geográficamente, sino también en lo psicológico, en lo interno. El hombre está fragmentado, dividido no sólo en el nivel psicológico mecánico de su existencia, sino también en el de sus ocupaciones. Si uno es un profesor, tiene su propio pequeño círculo y vive dentro de ese círculo. Si es un hombre de negocios, se ocupa de hacer dinero, si es un político, vive dentro de esa área. Y si es una persona religiosa en el sentido aceptado de la palabra, con la práctica de diversas formas de puja, rituales, meditaciones, con la veneración de algún ídolo y cosas así, entonces también vive una vida fragmentada. Cada fragmento tiene su propia energía, su propia capacidad, su propia disciplina, y cada curso de acción juega un papel extraordinario en contradicción con otro curso. Ustedes deben conocer todo esto. 

“Esta división, tanto externamente, geográficamente, como en lo religioso, en lo nacional y en la relación que existe entre uno mismo y otro ser humano, es un derroche enorme de energía. Es un conflicto que disipa nuestra energía en las disputas, dividién­donos, haciendo que cada cual persiga lo suyo, sus propias aspi­raciones, que exija su propia seguridad personal, etc.

“Toda acción necesita energía, todo pensar necesita energía. Esta energía que se fragmenta de un modo constante, implica un desgaste energético. Cuando una energía contradice otra, cuando una acción contradice otra acción decir una cosa y hacer otra, lo cual es, obviamente, una aceptación hipócrita de la vida, hay derroche de energía. 

“Todas esas actividades deben, por fuerza, condicionar la mente, el cerebro. Estamos condicionados como hindúes, budistas, musulmanes, cristianos, con todas las supersticiones y creencias que ello implica. Estamos condicionados, acerca de esto no cabe ninguna duda. No podemos argumentar que no estamos condicionados; lo estamos, religiosamente, políticamente, geográficamente.

"Hasta que no estemos libres del condicionamiento, libres de las actividades del pensar que crea los grandes problemas, esos problemas no podrán ser resueltos. Se necesita un instrumento nuevo para resolver los problemas humanos. A medida que avanzamos vamos a conversar sobre eso, pero no le corresponde a quien les habla decirles cuál es la nueva cualidad de ese instrumento; cada uno ha de descubrirlo por sí mismo. Por eso es que debemos pensar juntos, de ser posible. Ello requiere que ustedes y quien les habla sintamos, investiguemos, examinemos, cuestionemos, pongamos en duda todas estas cosas que el hombre ha producido, todas las cosas que hemos creado como barreras entre unos y otros. 

“Como seres humanos que vivimos en esta hermosa tierra que es lentamente destruida, que es nuestra tierra, no la tierra inglesa o la tierra norteamericana, tenemos que vivir inteligentemente, dichosamente; pero, al parecer, eso no es posible porque estamos condicionados. Este condicionamiento es como el de una computadora: estamos programados. Programados para ser hindúes, musulmanes, cristianos, católicos, protestantes. El mundo cristiano ha sido programado durante dos mil años, y el cerebro se ha condicionado, a causa de ese programa, como una computadora.

“Así que nuestros cerebros están profundamente condicionados, y nos preguntamos si es de algún modo posible librarse de ese condicionamiento. A menos que estemos total, completamente libres de esa limitación, no tiene sentido el mero inquirir o averiguar en qué consiste ese nuevo instrumento que no es el pensar.

“En primer lugar, uno debe empezar muy cerca para ir muy lejos. Nosotros queremos llegar muy lejos sin dar el primer paso, y quizás el primer paso sea el último paso. ¿Nos estamos comprendiendo el uno al otro, nos estamos comunicando o estoy hablándome a mí mismo? Si estoy hablándome a mí mismo, puedo hacerlo en mi propia habitación. Pero si estamos hablando nosotros, si juntos sostenemos una conversación, esa conversación tiene un significado cuando ambos nos encontramos en el mismo nivel, con la misma intensidad y al mismo tiempo. Eso es amor. Ésa es la verdadera y honda amistad. 

“Para mí, ésta no es una conferencia en el sentido corriente de la palabra. Juntos tratamos de examinar y resolver los problemas humanos. Eso requiere muchísima investigación, porque los problemas humanos son muy, muy complejos. Uno debe poseer la cualidad de la paciencia, la cual no pertenece al tiempo. Todos estamos impacientes por progresar: «Dígame rápidamente esto o aquello», pero si tienen paciencia, o sea, si no están tratando de obtener algo, de alcanzar algún fin, alguna meta, entonces investiguen paso a paso. 

“Como decíamos, estamos programados. Nuestro cerebro humano es un proceso mecánico. Nuestro pensamiento es un proceso de carácter material, y ese pensamiento ha sido condicionado para pensar como budista, hindú, cristiano, y así sucesivamente. De modo que nuestro cerebro está condicionado. ¿Es posible liberarse de ese condicionamiento? Están los que dicen que eso no es posible, porque preguntan: ¿Cómo puede ser que en un cerebro, que ha sido condicionado durante tantos siglos y siglos, ese condicionamiento sea eliminado de manera tan completa que el cerebro humano sea prístino, original y esté dotado de una capacidad infinita?». Muchas personas afirman esto y se satisfacen con la mera modificación del condicionamiento. Pero nosotros decimos que este condicionamiento pude ser examinado, observado y que es posible liberarse completamente de él. Para descubrir por nosotros mismos si eso es posible o no, debemos investigar nuestra relación.

“La relación es el espejo en el que nos vemos tal como somos. Toda vida es un movimiento en relación. No existe nada viviente sobre la Tierra que no esté relacionado con una cosa u otra. Aun el ermitaño, un hombre que se marcha a un paraje solitario, sigue en relación con el pasado y con aquellos que lo rodean. No es posible escapar de la relación. 

En esa relación, que es el espejo en el cual podemos vernos a nosotros mismos, estamos en condiciones de descubrir lo que somos, nuestras reacciones, nuestros prejuicios y temores, las depresiones y ansiedades, la soledad, el dolor, la pena, la angustia. También podemos descubrir si amamos o si no hay tal cosa como el amor. Por lo tanto, examinaremos este problema de la relación, porque la relación es la base del amor. Es la única cosa que ahora tenemos entre nosotros. 

“Si uno no puede descubrir la verdadera relación, si vive su propia y estrecha vida particular, aparte de su esposa, de su marido, etc., esa existencia aislada engendra su propia destrucción.

“La relación es la cosa más extraordinariamente importante que hay en la vida. Si no comprendemos esa relación, no podremos crear una nueva sociedad. Vamos a investigar muy detenidamente qué es la relación, por qué los seres humanos, durante toda su larga existencia como tales, jamás han tenido una relación sin sentimiento posesivo, sin opresión, apego, contradicción, etc. 

“¿Por qué existe siempre esta división: nombre y mujer, nosotros y ellos? Vamos a examinar juntos. Este examen puede ser intelectual, o sea, meramente verbal, pero tal comprensión intelectual no tiene ningún valor. Es tan sólo una idea, un concepto; pero si podemos considerar nuestra relación como algo total, entonces tal vez podamos ver la profundidad, la belleza y la calidad tic la relación. 

“¿De acuerdo, señores? ¿Podemos proseguir? Nos preguntamos cuál es, de hecho, la relación que ahora tenemos el uno con el otro, no la relación teórica, romántica o idealista todas irreales, sino la factual, la relación cotidiana que tienen entre sí el hombre y la mujer. ¿Están relacionados en absoluto? Existe la relación biológica; esa relación es sexual, placentera. Es posesión, apego, diversas formas de intrusión mutua.

“¿Qué es el apego? ¿Por qué tenemos una necesidad tan tremenda de apego? ¿Qué implica el apego? ¿Por qué nos apegamos? Cuando estamos apegados a cualquier cosa, siempre hay miedo, miedo de perder aquello a lo que uno se apega. Hay siempre un sentimiento de inseguridad. Por favor, obsérvenlo en sí mismos. Siempre existe un sentido de separación. Estoy apegado a mi esposa. Me apego a ella porque me brinda placer sexual, el placer de su compañía. Ustedes conocen todo esto sin que yo se lo diga. Estoy, pues, apegado a ella, lo cual quiere decir que estoy celoso, atemorizado. Donde hay celos, hay odio. Y, ¿es amor el apego? Ése es un aspecto a observar en nuestra relación. 

“Entonces, en nuestra relación cada uno ha creado, a través de los años, una imagen con respecto al otro. Esas imágenes que él y ella han creado, constituyen la relación. Pueden dormir juntos, pero el hecho es que tiene cada uno de ellos una imagen del otro, y en esa relación entre imágenes, ¿cómo puede haber una relación verdadera, factual con el otro?

“Todos, desde la infancia, hemos formado imágenes acerca de nosotros mismos y de los demás. Esta pregunta que nos formulamos es muy, muy seria: ¿Podemos vivir sin una sola imagen en nuestra relación? Por cierto, todos ustedes tienen una imagen de quien les habla, ¿no es así? Obviamente, la tienen. ¿Por qué? Ustedes no lo conocen, de hecho no lo conocen. Él se sienta en un estrado y habla, pero ustedes no se relacionan con él, porque tienen a su respecto una imagen. Han creado una imagen de él y tienen sus propias imágenes personales respecto de sí mismos. Tienen innumerables imágenes de los políticos, de los hombres de negocios, del gurú, de esto y aquello. ¿Puede uno vivir profundamente sin una sola imagen?

“La imagen puede ser una conclusión acerca de nuestra esposa, una representación mental, una imagen sexual; puede ser la imagen de un vínculo mejor y así sucesivamente. ¿Por qué los seres humanos tenemos imágenes en absoluto? Por favor, formúlense esta pregunta. Cuando tienen una imagen del otro, esa imagen les comunica una sensación de seguridad. 

“El amor no es pensamiento. El amor no es deseo, no es placer, no es el movimiento de imágenes; y en tanto uno tenga imágenes del otro, no hay amor. Y nos preguntamos: ¿Es posible vivir una vida sin una sola imagen? Entonces están relacionados el uno con el otro. Tal como sucede hoy en día, es igual que si fueran dos líneas paralelas que jamás se encuentran, excepto sexualmente. Un hombre va a la oficina, es ambicioso, codicioso, envidioso, procura alcanzar una posición en el mundo de los negocios, en el mundo religioso, en el profesional; y la mujer moderna también se va a la oficina, y ambos se encuentran en el hogar para engendrar hijos. Y surge todo el problema de la responsabilidad, el problema de la educación, de la total indiferencia. A ustedes no les importa lo que después puedan ser sus hijos, lo que pueda pasarles. Quieren que sean como ustedes: un casamiento seguro, una casa, un buen empleo, etc. ¿Correcto? 

“Ésta es nuestra vida, nuestra vida cotidiana, y es realmente una vida deplorable. Por consiguiente, si se preguntan por qué los seres humanos viven a base de imágenes -todos sus dioses son imágenes, el dios cristiano, el dios musulmán y el dios de ustedes-, verán que éstas son creadas por el pensamiento, y el pensamiento es inseguro, temeroso. No hay seguridad en las cosas producidas por el pensamiento. ¿Es posible, entonces, liberarnos de nuestro condicionamiento en la relación? O sea, observar atenta, minuciosa y persistentemente, en el espejo de la relación, cuáles son nuestras reacciones, si son mecánicas, si son producto del hábito, de la tradición. En ese espejo descubrimos realmente lo que somos. En consecuencia, la relación es extraordinariamente importante. 

Tenemos que investigar qué es observar. ¿Cómo observan, en el espejo de la relación, lo que son realmente? ¿Qué significa observar? Ésta es, en verdad, otra cosa importante que hemos de descubrir. ¿Qué significa mirar? Cuando miran un árbol, que es la cosa más bella, más exquisita que hay sobre la Tierra, ¿cómo lo miran? ¿Lo miran alguna vez, miran alguna vez la Luna nueva, el contorno de la Luna nueva, tan delicada, tan pura, tan joven? ¿Alguna vez la han mirado? ¿Pueden mirarla sin usar la palabra "luna"?

“Todo esto, ¿les interesa realmente? Continuaré, como un río que prosigue su curso. Ustedes están sentados a la orilla del río y lo contemplan, pero jamás llegan a ser el río, porque nunca participan del río, nunca se unen a la belleza del movimiento que no tiene principio ni fin. Así que, por favor, consideren lo que es observar.

“Cuando observan un árbol, o la Luna, algo exterior a ustedes, siempre usan las palabras "árbol", "luna". ¿Pueden mirar la Luna, el árbol, sin nombrarlos, sin el contenido de la palabra, sin identificar la palabra con el árbol, con la cosa? Ahora bien, ¿pueden mirar a la esposa, al marido, a los hijos, sin las palabras que los identifican, sin las imágenes? ¿Lo han intentado alguna vez?

“Cuando observan sin una palabra, sin un nombre, sin la forma que han creado respecto de él o de ella, en esa observación no hay un centro desde el cual estén observando. Descubran qué ocurre entonces. La palabra es pensamiento. El pensamiento se origina en la memoria. Tenemos, pues, la memoria, la palabra, el pensamiento, la imagen que interfiere entre uno mismo y el otro, ¿Correcto? Pero no hay pensamiento que mire, que observe, pensamiento en el sentido de la palabra, del contenido y significado de la palabra. Entonces, en esa observación no hay un centro como el "yo" que mira al "tú". Sólo así hay una verdadera relación con el otro. En ello existe la cualidad de aprender, una cualidad, de indudable sensibilidad y belleza”.

 

De “La Mente que no Mide

Diálogos en Madrás, India, 26 de diciembre de 1982

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