Hemos adquirido el hábito de llamar al médico por la más trivial de las enfermedades, y donde no hay médicos, buscamos el consejo de simples curanderos.
Vivimos
con la fatal ilusión de que ninguna enfermedad puede curarse sin medicamentos.
Esta creencia ha hecho más daño a la humanidad que cualquier otro mal.
No
cabe duda de que tenemos que curarnos las enfermedades, pero no son los
medicamentos los que las curan. Y no sólo son éstos sencillamente inútiles,
sino que a veces son decididamente nocivos.
El
hecho de que un hombre enfermo tome pócimas y medicamentos es tan tonto como
intentar cubrir la mugre que se ha acumulado en el interior de una casa. Cuanto
más se la cubre, más rápido será el proceso de putrefacción.
Y
lo mismo sucede con el cuerpo humano. La enfermedad o el malestar es sólo la
advertencia que nos hace la naturaleza acerca de que hemos acumulado
inmundicias en alguna parte del cuerpo. Sin duda, sería sabio dejar que la
Naturaleza la removiera, en lugar de cubrirla con la ayuda de medicamentos.
Mahatma Gandhi
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