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Jiddu Krishnamurti:
¿QUÉ ES LA RECTA ACCIÓN?
Pláticas en México, 1935
Ciudad de México, Cuarta plática, 3 de
noviembre 1935
Pregunta: ¿Cómo podemos educar a un niño a fin de capacitarlo en la
mejor forma posible para que alcance la realización de la que usted habla?
Krishnamurti: La educación es impartida ya sea para que el niño encaje en un
determinado sistema o patrón, o para despertar en él la inteligencia de modo
que su vida sea plena y completa. Si desean moldearlo para un sistema definido,
primero deben investigar su verdadera naturaleza. Niños y niñas son educados
para que se adapten a una forma particular de pensamiento y acción que se basa
esencialmente en la codicia y el temor. Ahora bien, ¿desea usted que su hijo
encaje en este molde particular? Si no lo desea, entonces tiene que considerar
este problema de una manera por completo diferente. O sea, tiene que considerar
si un ser humano ha de ser moldeado, controlado, dominado para siempre por el
medio, si ha de ser condicionado y limitado para siempre por el temor; o si,
despertando su inteligencia, ha de ayudárselo a abrirse paso por esta
limitación del medio hasta que alcance su profunda realización.
Si los seres
humanos han de realizarse, tiene que haber un intenso y firme pensar y actuar
por parte de ustedes, porque sus mentes se hallan tan influidas y dominadas por
la autoridad, que piensan que a los niños hay que imponerles un determinado
patrón social, que es necesario moldearlos para que encajen en él. Cuando
desean que una persona encaje en un estilo particular de conducta, ello indica
temor, temor sobre el cual se basan sus religiones y su moralidad social. En
esta estructura no hay realización posible. Por favor, comprendan lo que
entiendo por realización individual. No me refiero a ninguna forma de expresión
egotista. La verdadera realización ocurre cuando la mente y el corazón se
liberan espontáneamente de esos valores autodefensivos impuestos por la
religión y la sociedad.
Por lo tanto,
si ustedes desean realmente ayudar al niño a realizarse, deben comprender en
qué consiste la realización individual en la sociedad. No puedo entrar ahora en
detalles ni explicar las muchas ideas sutiles que se relacionan con ello; pero
mientras la mente y el corazón se estén forzando a adaptarse a un estilo
particular de conducta, a un patrón de autodefensa egoísta, tendrá que haber
siempre temor, el cual niega la verdadera realización y convierte al hombre en
una máquina imitativa. Usted, que es una persona seria, debe darse cuenta de
las limitaciones de estos valores autodefensivos y así crear la verdadera revolución,
no la mera antítesis de la autoridad.
Pregunta: ¿Es su intención crear una revolución mundial contra el orden
existente?
Krishnamurti: Donde se ejerce la autoridad no puede haber inteligencia.
Donde hay compulsión, imposición, tiene que haber revueltas. La revolución es
la consecuencia de la opresión y la autoridad. Donde hay dominio en cualquiera
de sus formas, tiene que haber rebeliones, revolución. Después de que la
revolución ha tenido lugar, vuelve a establecerse la autoridad, la cristalización
del pensamiento y de la moralidad. De la imposición de la autoridad a la
revolución, y de la revolución, una vez más, a la compulsión; éste es el
círculo vicioso en el cual la mente se encuentra atrapada todo el tiempo. Lo
que romperá este círculo es la comprensión del significado profundo de la
autoridad en sí.
Creamos la
autoridad a causa del deseo de consuelo y seguridad, de enriquecimiento y
protección, no sólo aquí sino también en el más allá. Basada en este deseo, se
ha establecido una estructura social y religiosa que tiene que oprimir y
explotar a la gente; y contra esta estructura se generan las reacciones de la
rebelión. Si ustedes, que están creando compulsión y, en consecuencia, desdicha
para otros y para ustedes mismos, tomaran profunda conciencia del veneno que
ello implica, entonces no habría temor expresándose mediante el apego a un
ideal, a una creencia, a una familia como instrumentos de seguridad. Existiría
entonces ese constante devenir, ese movimiento natural de la vida, lo eterno.
La mera
revolución, sin la investigación fundamental respecto de la autoridad, crea una
nueva prisión en la que nuestro corazón y nuestra mente quedan otra vez
atrapados. La revolución es producida por un grupo, y ese grupo ha surgido a la
existencia gracias al pensamiento y a la acción individual. Pero si el
individuo sólo busca, consciente o inconscientemente, su propia seguridad,
entonces surgirá nada más que otro grupo de compulsiones e imposiciones. Lo que
importa verdaderamente es esta constante percepción alerta capaz de liberar a
la mente y al corazón de su propio deseo de seguridad. Cuando la mente está de
veras libre del anhelo de seguridad, cuando está de veras insegura, entonces
existe el éxtasis del movimiento de la vida, el cual no puede ser conocido
mediante una mera rebelión, una reacción contra la autoridad.
Pregunta: ¿Cuál es el significado de la muerte?
Krishnamurti: Descubriremos el significado de la muerte comprendiendo la
desdicha y la angustia causadas por la muerte. Cuando hay una muerte, ocurre
una conmoción intensa a la que llamamos sufrimiento. Hemos perdido a alguien a
quien amábamos intensamente, de quien dependíamos, que nos enriquecía. Cuando
hay sufrimiento, indicación de la carencia del ser, buscamos un remedio, el
remedio que ofrecen las religiones, la unidad final de todos los seres humanos,
con las numerosas teorías concernientes a ello. Luego está la droga
espiritualista y el confortador remedio en la idea de la reencarnación.
Buscamos innumerables formas de escapar de la angustia causada por la muerte de
alguien a quien amábamos intensamente. Estos escapes no son sino modos sutiles
de perdemos en el olvido de nosotros mismos. No nos interesamos en la muerte,
sino en nuestro propio sufrimiento. Sólo que a eso lo llamamos amor por la
persona que ha muerto.
Ahora bien, si
no buscamos consuelo, por sutil que pueda ser, entonces ese sufrimiento mismo
despertará nuestra verdadera inteligencia; sólo esa inteligencia habrá de
revelamos el fluir de la realidad. No estoy teorizando; les digo lo que
realmente ocurre. A causa de la muerte, uno toma conciencia de su propia
vacuidad, del vacío, de la soledad, y esto causa dolor; para libramos de esta
agonía, buscamos remedios, consuelos que son meramente narcóticos para drogar
la mente. De este modo, la mente se vuelve una esclava de los ideales, de las
creencias, y el indagar en la idea de la reencarnación, en el mundo espiritual,
sólo conduce a una esclavitud mayor. Todo esto indica pobreza del ser. Para
ocultarla, buscamos guías, métodos de conducta, sistemas de pensamiento. Pero
jamás podemos ocultarla. Por mucho que la mente trate de eludir esa
superficialidad, por mucho que intente escapar de ella, la superficialidad
continúa expresándose de múltiples formas. Es importante que la mente no escape
mediante ningún recurso, que se enfrente por completo a su propia vacuidad.
Como casi ninguno de ustedes se ha enfrentado a ella completamente, no pueden
decir que se encontrarán con la nada, con una vacuidad mayor. Descubrirán lo
que ocurre, sólo después de experimentarlo, de vivir de esta manera. Al tomarse
plenamente conscientes, observarán que la mente trata siempre de evitar la
comprensión profunda de la causa del dolor, y en ese estado de conciencia, en
esa plenitud de percepción alerta, disolverán verdaderamente la causa.
Ustedes
piensan que, al ocultar esmeradamente la causa de la vacuidad, del sutil y
profundo egotismo, han resuelto el problema de la muerte. El sufrimiento no es
sino la indicación de una mente estancada en el apego, y en lugar de darse
cuenta de esto, buscan meramente otro tipo de droga para volver a adormecerla.
Así, nuestra vida es un continuo despertar, llamado dolor, y un volver a
dormimos otra vez.
Cuando hay
sufrimiento, cuídense de ser adormecidos por quienes les ofrecen consuelo
mediante sus remedios. Cuando la mente ha perdido su propia limitación egoísta,
existe ese movimiento de la vida, el devenir eterno, en el que no hay ni un
vestigio de muerte.
Pregunta: Está claro que la religión organizada no puede hacer que el
hombre sea perfecto, pero ¿no lo acerca a Dios fomentando una vida de virtud y
altruismo?
Krishnamurti: Seamos muy claros con respecto a lo que entendemos por
religión. Para mí, las religiones organizadas no tienen nada que ver con lo que
dijeron los grandes instructores religiosos. Éstos han dicho: no matarás, ama a
tu prójimo, pero las religiones del interés establecido estimulan y apoyan la
matanza de la humanidad. (Aplausos) Al alentar el nacionalismo, al apoyar a una
clase especial, la religión con toda su creencia organizada, participa en el
asesinato del hombre. Las religiones de todo el mundo no sólo explotan por
medio del temor, sino que también separan al hombre del hombre. Tales
religiones organizadas no pueden, en modo alguno, ayudar al hombre en la
realización de la verdad.
Ahora bien,
esta creencia organizada que llamamos religión ha sido creada por ustedes, no
ha surgido milagrosamente a la existencia. La hemos creado mediante nuestro
deseo de seguridad y como instrumento de autodefensa. Como la hemos engendrado
a causa de nuestro temor, tenemos que liberamos, con nuestro pensamiento y
nuestra acción, de sus falsos ideales y valores; pero si tan sólo buscamos
mayor seguridad, ello se convertirá en otra cárcel para mantener sujetos a la
mente y al corazón. Donde hay una búsqueda de seguridad, de autoprotección aquí
o en el más allá, jamás puede haber comprensión de la verdad, y es sólo la
verdad la que liberará al hombre.
Cuando usted
dice que debe ser altruista a fin de realizar a Dios, en realidad está siendo
egoísta en una forma sutil. O sea, dice: “Debo amar a mi prójimo a fin de
encontrar a Dios, la felicidad”. Entonces no conoce usted el amor, está tan
sólo buscando una recompensa; la mentalidad de uno que busca un canje, no puede
comprender la verdad. Usted no percibe la belleza en la acción misma, sino que
en realidad le interesa saber qué recompensa le redituará esa acción.
Desarrolla la virtud como un medio de autoprotección. El así llamado hombre
virtuoso no conoce la belleza de la verdad. Uno puede comprenderla sólo cuando
su mente y su corazón se hallan en estado de desnudez y vulnerabilidad total.
Casi todos tienen miedo de ser vulnerables a la vida; por lo tanto, desarrollan
muros protectores a los que llaman virtud. Cuando ya no hay deseo ni necesidad
de protegemos a nosotros mismos, lo que existe entonces es la bienaventuranza.
Pregunta: ¿Es Dios justo y bueno? Si lo es, ¿por qué permite el mal en
el mundo?
Krishnamurti: Dejemos a Dios fuera de esta cuestión, porque usted no sabe,
realmente, si Dios es bueno o malo. Le han dicho que Dios es amor, que es justo
y bueno. Y si usted creyera eso, si lo creyera real y profundamente, toda su
vida sería distinta. Como no lo es, no se preocupe acerca de Dios.
Usted quiere
saber cómo y por qué existen en el mundo los males, las condiciones
desdichadas, la explotación. Nosotros hemos creado todo eso. Cada individuo, a
causa de su intenso deseo de estar seguro, a salvo, ha creado una sociedad, una
religión, en las que encuentra refugio, consuelo. Por consiguiente nosotros,
como individuos, hemos creado este sistema y como individuos tendremos que
despertar creativamente y destruir todas las cosas falsas que el sistema
contiene. Entonces, en esa libertad habrá amor, existirá la verdad.
En vez de escapar
del mundo objetivo de confusión y desdicha, hacia lo subjetivo, donde espera
encontrar a Dios, deje que haya armonía entre lo subjetivo y lo objetivo.
Empiece a descubrir esta armonía; no la anhele, sino tome conciencia de la
falta de armonía. Al comprender cómo, a causa de las numerosas formas de
expresión egotista, surge a la existencia esta falta de armonía, dará usted
naturalmente con esa armonía viva y perdurable.
Pregunta: ¿Evoluciona la conciencia?
Krishnamurti: Mucha gente piensa que hay una conciencia universal o cósmica
o como sea que la llamen, y una conciencia particular, individualista. La que
conocemos íntimamente es la conciencia individualista, limitada, y usted me
pregunta si esta conciencia progresa, evoluciona.
¿Qué entiende
por conciencia individual? Esta conciencia limitada es el resultado del
conflicto entre el deseo y el medio, es decir, entre el presente y el pasado;
esta conciencia es el producto de numerosas imposiciones, compulsiones a las
que la mente se ha sometido en la búsqueda de seguridad; es también las muchas
cicatrices que ha dejado la acción incompleta. El “yo” o la conciencia egotista
se compone de estos conflictos, de estas compulsiones y de las numerosas
imposiciones, compulsiones a las que la mente se ha sometido en la búsqueda de
seguridad; es también las muchas cicatrices que ha dejado la acción incompleta.
El “yo” o la conciencia egotista se compone de estos conflictos, de estas
compulsiones y de las numerosas capas de recuerdos autodefensivos. Con este
trasfondo la mente vive, de principio a fin, una experiencia y aprende de ella
tan sólo futuros recursos para protegerse a sí misma. Cuando usted dice que
está aprendiendo por medio de la experiencia, lo que fundamentalmente quiere
decir es que está erigiendo mayores y más hábiles muros de autodefensa. Así,
cada experiencia crea ulteriores defensas, barreras contra la vida.
Usted me
pregunta si esta conciencia limitada, teniendo sus raíces en la autoprotección,
evoluciona y se perfecciona. ¿Cómo puede hacer eso? No puede. Por mucho que
parezca evolucionar, debe permanecer siendo siempre un centro de limitación y
frustración. Una conciencia basada en recuerdos autoprotectores debe conducir a
la ilusión, no a la realidad.
Pregunta: Usted habla de una verdad que, al presente, está fuera del
alcance de nuestras mentes y nuestros corazones. Puesto que sabemos de la
existencia de esa verdad sólo a través de usted, ¿cómo podemos esforzarnos por
ella a menos que la aceptemos basados en su autoridad?
Krishnamurti: Como ya lo expliqué, aceptamos la autoridad cuando buscamos
consuelo, seguridad, certidumbre. Si uno busca la verdad a fin de protegerse
contra las tormentas y la confusión de la vida, entonces encontrará autoridades
que le brindarán consuelo. Yo dije que la bienaventuranza de la realidad existe
cuando la mente está libre de toda compulsión e ilusión. Donde hay búsqueda de
consuelo, tiene que haber egotismo, el cual, en su forma más sutil, es llamado
a veces búsqueda de la verdad. El seguir a otro no puede despertar nuestra
mente a la realidad. En vez de escapar hacia un ideal, hacia la verdad de otro,
descubra cómo la confusión y el dolor se han originado dentro y alrededor de
usted. La percepción de la realidad adviene cuando nos abrimos paso por los
falsos valores en que la mente se ha refugiado.
Pensamos que
la inteligente realización se encuentra en el seguimiento de un método, de una
disciplina; por eso recurrimos a otro, lo cual hace que nuestra acción sea
incompleta y limitada. Tratamos de escapar de esta superficialidad, de esta
frustración, creando nuevas autoridades, y así aumentamos nuestras
limitaciones. Éstas se originan en nuestras propias acciones basadas en la
recompensa, el miedo y la compulsión. En vez de tratar de volverse completo,
descubra la causa de la frustración, la cual es el egoísmo en sus múltiples
formas sutiles. Mientras esté viviendo dentro de un conjunto de valores falsos,
tiene que haber insuficiencia y sufrimiento. Nadie puede sacarlo de ahí excepto
usted mismo mediante su propio esfuerzo y su comprensión.
Publicado en:
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