SER DUEÑO DE TU PROPIO PODER
Por Martin Brofman, Ph, D.
Ser dueño de tu
propio poder, tu poder de ser auténtico, de ser quien realmente eres, trata de
hecho, de apropiarte de tu libertad. De muchas maneras, has cedido tu poder y/o
libertad por tu forma de hablar, de pensar y ser.
Por ejemplo, cuando dices
o piensas algo como, “Esa persona me hace enfadar”, has cedido tu poder/libertad
de decidir si estar o no enfadado, a esa persona. Has dicho que no tienes
poder, y que esa persona tiene el poder de decidir cuándo te enfadarás.
Puedes elegir no hacerlo
nunca más.
Sería más adecuado decir
algo cómo, “Me enfado cuando esa persona hace eso”. De esa forma, llegas
a comprender que eres tú el que te ha hecho enfadar, y también que puedes
decidir sentirte enfadado, o sentir algo distinto.
Nadie más que tú
“hace” que te sientas enfadado, o triste, o deprimido, o feliz, o sexy, o
aburrido, etc. A partir de ahora estás en el proceso de decidir por ti mismo
sobre tu vida, tus opciones, tus acciones, tus sentimientos, y lo que ves, ¿por
qué no adueñarte del poder de tomar decisiones a todos los niveles?
Presta atención a las
palabras que utilizas, porque ellas forman las bases de tus formas de
pensamiento. Escucha tus palabras, y date cuenta si ellas reflejan o no tu
libertad de decidir por ti mismo, qué sientes o qué haces.
¿Dices, “¿Déjame hacer
esto”, pidiendo permiso o expresas tus deseos diciendo, “me gustaría hacer
esto”, o incluso “Voy a hacer esto?”. ¿Dices, “Esa persona me manipula” o “Me
permito a mí mismo ser manipulado”? Cualquier cosa que hayas estado haciendo
que no haya funcionado para ti, puedes elegir no hacerla nunca más.
¿Te has reprimido de
expresar lo que realmente querías por lo que pensabas que alguien pudiese
pensar? Entonces, has cedido el control de tu poder de palabra a esa persona.
Eres libre, lo sabes.
¿Estás deseando ser dueño de tu libertad?
¿Te has reprimido de
mirar algo o a alguien por lo que otra persona pudiese pensar? Entonces,
le has cedido tu libertad de elección de ver lo que quieres, a esa persona.
¿Te has reprimido de
hacer lo que querías por lo que otra persona pudiese pensar? Has cedido tu
libertad de acción. Te has reprimido de hablar, de actuar, de ver lo que era
autentico para ti. La visión clara se relaciona con permitirte ser auténtico, y
confiar en ello – de hecho, insistir en ello.
Al ser dueño de tu
libertad, también debes desear reconocer la libertad de los demás. Nadie te da
tu libertad – ya es tuya. Sólo depende de ti ser libre. De la misma forma, tú
no das a los demás su libertad. Tú sólo puedes reconocer que ellos la tienen.
Cuando haces algo, los
demás son libres de sentirse cómo ellos elijan acerca de lo que tú haces. Para
ti, sin embargo, solamente estás siendo auténtico, y actuando con amor y
libertad según tus motivaciones. Si eres malinterpretado, puedes elegir aclarar
el malentendido a través de la comunicación. No es necesario que cambies tu
forma de Ser por la forma en que los demás se sienten. Si eliges cambiar, debe
ser porque tiene sentido para ti hacer las cosas de distinta forma.
De la misma manera, si
otra persona hace algo por lo que tú eliges no sentirte bien, esa es tu opción.
Esa persona, también, es libre. Si el no sentirse bien es el resultado de un
malentendido, puede aclararse a través de la comunicación. No supongas nada.
Pregunta, y entonces lo sabrás.
Si el no sentirse bien es
el resultado de apegos que necesitas liberar en tu camino hacia la claridad y
la libertad, puedes encontrar otra forma de pensar y de sentir dónde te sientas
mejor, en la cual no estás decidiendo lo que otra persona haría de distinta
manera, sino preferiblemente lo que tú necesitas hacer de otra forma.
Si esperas que la otra
persona cambie su forma de Ser por la forma en que te sientes, entonces estas
queriendo controlar a esa persona. Si no quieres ser controlado, ¿estás
deseando cesar de controlar?
Quizás en el pasado,
cuando mirabas una situación que no considerabas óptima, habías decidido lo que
la otra persona debería haber hecho de forma distinta, o que debería hacer de
diferente en el futuro. Cuando te apropias realmente de tu poder y de tu
libertad, eso ya no lo haces más – si no, solo decides lo que podrías haber
hecho de distinta manera entonces, y lo que puedes hacer de distinto a partir
de ahora, en el futuro. Cuando eres sincero acerca de esta cuestión, tus
pensamientos se incluyen también en el proceso. Mientras te encuentres pensando
lo que otros harían, o pensarían, o sentirían, no eres totalmente dueño
de tu poder o de tu libertad.
Si quieres ser dueño de
tu libertad, ¿estás deseando reconocer la libertad de los demás también?
Entonces, puedes comprender que no haces a los demás tristes, si no que ellos
pueden decidir sentirse de esa forma cuando tú haces algo. Tú no les haces
felices, si no que – ellos optan por sentirse así cuando tú haces algo.
No importa lo que hagas,
digas, algunas personas lo aprobaran, y otras no. Tienes la libertad de decidir
con qué personas estarás. Si decides estar con los que te juzgan, puedes
sentirte como una mala hierba en un jardín, sintiéndote constantemente como si
necesitases defenderte a ti mismo y a tu forma de Ser.
En cambio, puedes elegir
estar bien cuando te juzguen, sabiendo que solamente estás siendo quien tú
eres, y que los demás son libres de sentir lo que quieran acerca de esto.
Pueden estar juzgándote bajo sus estándares, pero tú estás viviendo bajo tus
propios estándares. También puedes elegir estar con esas personas que no te
juzgan, y en cambio, te aprecian por quien eres. Puedes sentirte
más libre, y más relajado cuando eres auténtico, siendo quien realmente tú
eres. Comprenderás que tú no eras una mala hierba, sino solamente una flor en
el jardín equivocado.
Quizás, en el pasado,
tendías a cambiar, a ser alguien distinto de quien eres realmente, para ser
amado, para obtener amor. Si quieres saber que eres querido por quien tu eres,
entonces sé quien realmente eres, y deja que sea esa la imagen que se
ama.
El amor no puede ser
solicitado. Debe fluir libremente, y darse libremente. Entonces, sabrás que ese
amor es auténtico. Si tú creas una imagen a fin de ser amado, y la gente
ama esa imagen, con eso no te sentirás amado por quien realmente eres.
Si las expresiones de
amor se solicitan, se piden, entonces no sabes en realidad si se manifestarían
en caso de que tú no la pidieras. Todavía no estarías seguro del amor. Date
cuenta cuando las expresiones de amor proceden libremente de los demás, cuando
tú eres auténtico. Entonces, sabrás que llegan porque los otros eligen expresar
su amor, y sabrás que es auténtico. Cuando sabes que el amor está ahí, ábrete y
siéntelo.
A veces, las expresiones
de amor son malinterpretadas, porque nos han enseñado distintas formas de
expresar el amor que sentimos. La forma en que algunas personas expresan su
amor, es a veces malinterpretada como amor que se quita. Los malentendidos
pueden resolverse a través de la comunicación, de modo que las expresiones de
amor al final pueden ser esas en las que destaca la experiencia de la persona
que las recibe, algo que les hace sentir bien.
Acuérdate de expresar tu
amor de esa forma, también. Expresa tu amor de la forma en que te gustaría que
los demás expresasen su amor por ti, de una forma en que el resultado sea que
se sientan bien, y de una forma en que tú serías feliz cuando lo recibieras.
Tienes el poder y/o
libertad de ser quien realmente tú eres, de estar dónde quieres estar, con
quien realmente te gustaría estar (si a ellos les gustaría realmente estar
contigo), haciendo lo que realmente quisieras hacer. Los demás, también,
tienen el mismo poder /libertad.
Si honestamente te
encuentras incapaz de decir, “Amo donde estoy, Amo con quien estoy, Amo lo que
estoy haciendo”, entonces algo tiene que cambiar. Tienes el poder y/o libertad
de hacer que cambie.
Si es una situación dónde
no te sientes feliz, tienes tres opciones:
1.
Cambia la situación. Reordénala.
2.
Cambia la forma en que ves la situación.
3.
Deja la situación, y encuentra otra.
Si la situación, por
ejemplo, es tu trabajo, puedes cambiarlo de manera que lo que estés haciendo
signifique más para ti. O, puedes verlo de otra forma en la que te sientas
mejor y por lo tanto te sientas feliz en esa situación (pero debe ser auténtica
para ti). Si no haces ninguna de estas cosas, entonces quizás necesitas hacer
algo distinto, en un trabajo distinto, de manera que desees cada día
invertir tiempo y energía en él.
Si es tu hogar, ¿te
sientes como en casa en él? Si no, reordénalo de forma que lo parezca. O de
otra forma, elige verlo como que es realmente perfecto para ti ahora. En caso
contrario, múdate.
Si crees realmente que
estos cambios son demasiado inmensos para ti, que “no puedes hacerlos”, es
porque tú has cedido tu poder y/o libertad. No es que no seas capaz de realizar
estos cambios, si no que no has elegido hacerlo. Aún tienes el poder de crear
tu vida de la forma en que realmente te gustaría que ésta fuese. Tienes el
poder y/o libertad de cambiar lo que no ha funcionado para ti, cambiar lo que
no ha resultado en tu ser tan feliz como te gustaría que fuese.
¿Estás con gente con
quien realmente no disfrutas estar? Si es así, has cedido tu poder de ser feliz
a ellos.
No tienes que hacerlo
nunca más.
Si has cedido tu poder,
puedes recuperarlo. Aún es tuyo. Aprópiate de él.
Tu poder y/o
libertad también incluye tu opción de cambiar los patrones dentro de ti mismo
que reconoces que no han sido óptimos, que son el resultado de una percepción
equivocada, y de formas limitadas de comprender.
Tus apegos y adicciones
están entre tú y tu libertad. Cuando eres libre, eres capaz de decidir en cada
momento qué te gustaría hacer, y qué tiene sentido hacer. No te permites a ti
mismo ser controlado por programas pasados.
Cuando eres adicto a algo
y no lo obtienes, no te sientes bien. El grado de tu malestar muestra el
grado de apego o adicción. Puedes elegir no dar tu poder a tus apegos, o al
objeto de tus apegos. El desapego es libertad.
No se trata de
desprenderse. Desprenderse es alejarse de todos los sentimientos. El desapego
permite sentimientos positivos de alegría cuando tienes algo. Cuando hay algo
que no tienes, eres capaz de focalizar tu atención en lo que tienes.
Si, por ejemplo, estas
apegado a una cena con langosta, y no puedes cenar langosta, no eres libre de
disfrutar lo que tienes. Cuando no estás apegado, puedes disfrutar una
ensalada, un bistec, o si dispones de langosta, realmente disfrutarla, también.
Si estás apegado o eres
adicto a una persona, cuando estás con ella, pasas tiempo preocupándote por
cuando no estarás con ella, y cuando ellos no están, pasas tiempo echándoles de
menos, y no estando presente con la gente que está contigo. Eso no es libertad.
Tienes el poder y la
libertad de estar totalmente presente dondequiera que estés, disfrutando
de lo que esté ocurriendo.
Los demás no tienen que
cambiar su forma de Ser por tus apegos, y tú no tienes que cambiar tu forma de
Ser por las adicciones de los demás.
Tú asumes la
responsabilidad total de ti mismo, y cualquier cosa que pienses, hagas o
digas y reconoces que los demás tienen la responsabilidad por cada cosa
que elijan pensar o hacer o decir.
No decidas qué piensan
los demás, o que harán en una situación dada, porque de hecho, realmente no lo
sabes, esa es su responsabilidad. Solo necesitas examinar tu propia conciencia
y lo que ocurre en ella.
Los demás son libres para
querer lo que quieren y tú eres libre de decir sí o no a eso. Es correcto
para ellos quererlo y es correcto para ti el no quererlo. De la misma forma que
eres libre de querer lo que quieres y los demás son libres de no querer
lo mismo. Cuando ambos queréis lo mismo, hay un acuerdo libre y entonces
es probable que algo suceda. Si no, puedes estar de acuerdo en no estar de
acuerdo y cada uno puede encontrar la felicidad y la satisfacción a su manera.
Cada persona tiene
derecho a tener su propia opinión y sus propios pensamientos y
deseos y tú, eres libre.
Revisa tu película, en la
que no eres solamente el protagonista, sino también el director. Y también eres
el público. ¿Cuáles eran los efectos de tus acciones y palabras? ¿Podrías haber
escrito un mejor guión para ti mismo? Si es así, ¿qué hubieses hecho de otra
manera? ¿Podrías haber actuado con más amor, más comprensión? Revive la
situación en tu mente, haciéndola distinta, y mira el final diferente. Decide
que si la situación se presenta de nuevo, la revivirás de la nueva forma.
Dedícate a esa decisión. Entonces, has cambiado para mejor, porque era tu
elección, y has aprendido lo que necesitabas.
Asimismo, debes darte
cuenta de que las cosas ocurren de la forma que tiene que ocurrir, con la
química de las personas involucradas, para obtener el resultado que necesita
ocurrir. La próxima vez, sin embargo, serás capaz de lograr el mismo resultado
con más armonía.
Continúa haciendo esto
hasta que seas honestamente capaz de dar a tu película y a tu carácter grandes
repasos. ¡Si vieras esa película en el cine, hubieses pensado que era una
película fabulosa, con una estrella inspiradora: tú! Hubieses recomendado
la película a tus amigos y disfrutaríais viéndola de nuevo.
Date cuenta de cuáles son
tus motivos para hacer las cosas. ¿Cuáles son tus motivaciones? En una
situación dada, ¿estás escogiendo el miedo o la libertad? ¿Estás haciendo
las cosas porque realmente las has elegido, o las estás haciendo, o no
haciendo, por miedo? Confía en tus instintos y en lo que es auténtico para ti,
y haz lo que realmente quieras hacer.
¿Te contenías de ser
quien realmente eres porque pensabas que tenías que hacerlo, y luego te
dabas cuenta que realmente no tenías que haberlo hecho? Entonces, la base
de tu decisión y tus acciones era el miedo. Toma la decisión de que no tienes
que hacerlo nunca más. Puedes ser quién realmente eres, y la gente te disfrutará
aún más. Cuando haces lo que realmente quieres, algo maravilloso ocurre.
¿Es el amor tu
motivación, o es la culpa? ¿Haces las cosas para evitar sentirte culpable,
porque te sentirías culpable no haciéndolas? O actúas claramente, haciendo lo
que realmente quieres hacer, como una expresión de amor.
Si has estado teniendo
como motivaciones el miedo o la culpa, ¿quieres seguir de esa manera? No tienes
porqué, lo sabes.
Puedes hacer una elección
consciente, una profunda decisión, no tener miedo o culpa o ira
controlando tu vida, si no actuar como un Ser conscientemente libre. Cuando lo
haces, a partir de ese momento, si descubres que tu decisión va a ser de una cierta
forma, o hacer (o no hacer) una cierta cosa basada en el miedo, la culpa o la
ira, dedícate a tomar una decisión distinta. Entonces, no estas permitiéndote
ser controlado por los patrones pasados de ser o hacer, sino viviendo
realmente tu libertad.
Eres realmente libre.
Solamente tienes que adueñarte de tu libertad, y ser libre. No solamente te
sentirás mejor y disfrutarás tu vida mucho más, sino que también liberarás
patrones que se asociaban con visión distorsionada. Vas a volver a la claridad.
Eres libre de pensar de
la forma que elijas, y amar de la forma que elijas, y actuar de la manera que
elijas.
La gente que te ama
disfruta viéndote feliz de la forma en que realmente te gusta ser feliz, siendo
la expresión más llena de tu Ser, siendo auténtico, siendo todo lo que tú
puedes ser. La gente que te ama realmente quiere que tengas éxito.
Pero, depende de
ti.
Tienes el poder y la
libertad de ser auténtico, de ser feliz, de tener éxito, de estar satisfecho.
Mira claramente lo que es
auténtico para ti.
Y vívelo.
Mientras nos han enseñado
que es algo bueno ser nosotros mismos, de hecho, también necesariamente, nos
han enseñado de muchas maneras que no tenemos que ser nosotros mismos para
complacer a los demás y que es bueno complacerles, hacer feliz a los
otros.
Entonces, parece ser una
elección entre hacer feliz a los demás, por un lado, y siendo nosotros mismos,
hacernos felices a nosotros mismos, por el otro lado.
Si has estado eligiendo
no ser tú mismo para que otros fueran felices, has decidido que complacer a los
demás era más importante que ser realmente tú mismo. Esta era una bonita
expresión de tu amor, pero con un coste elevado para ti, y tu facilidad de Ser,
y tu salud. La facilidad de Ser se asocia con la salud. No ser tú mismo
requiere una inversión de energía, que también se conoce como estrés, un
elemento no saludable desde ningún punto de vista.
Lo que tiene mayor
sentido es cambiar tus prioridades de forma que, ser auténtico, sea lo más
importante y de hecho, una parte necesaria de cualquier proceso de sanación.
Aún puedes disfrutar
expresando tu amor de cualquier forma que funcione para ti y saber la
importancia de ser auténtico. Siendo tú mismo. Siempre.
Con claridad, y
amor.
[De “Mejore su visión”, por
Martin Brofman Ph.D)]
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Del
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