miércoles, 25 de abril de 2012

Raíces de amargura.





"Soy una víctima", otro eslabón de la cadena de esclavitud.

Por Inelia Benz

El ciclo víctimas/agresores es un eslabón más de la cadena esclavizante.
Esto es tan severo que la mayoría de los indivíduos están inconscientes de que su vida es un ciclo contínuo de ser la víctima o el agresor.

Cuando se trata de ser la víctima,  claramente hay alguien o algo a quien culpar por lo que le ha sucedido. Y cuando se es el agresor también se otorga y se recibe culpa.

La energía "salvadora" está ligada a este ciclo de víctima/agresor.

Desde antes de que yo naciera, hasta mediados de mis treintas, experimenté mucha agresión -física, emocional y psicológica. Era algo severo y persistente. Y el objetivo era esclavizarme como víctima/agresor. O librarse de mí.
Y no funcionó pues nunca me identifiqué con ninguno de esos papeles. Para mí fueron simples experiencias.

En unas cuantas ocasiones sí sentí dolores tan agudos que quise morirme. Y aprendí dos cosas: una, que mi ser superior no me iba a dejar morir. Y la otra fue que lo único que yo tenía que hacer era apartarme de la situación o cambiar de entorno. No era para mí una opción entrar en el juego de ser una víctima, ni tampoco convertirme en victimario.

En ciclos víctima/agresor está codificado el buscar a otros que entren a este juego, consciente o subconscientemente. Y sólo es eso, un juego. No hay juicios implícitos.

Es muy importante, al adentrarnos en el nuevo paradigma, darse cuenta de que cada quien es responsable de su experiencia en este planeta, y en lo sucesivo, cada uno decide con lo que está DE ACUERDO y con lo que NO; decide ser "víctima" o "agresor"...

Muchos individuos al leer esto dicen: "¿Y qué sucede con los niños inocentes violados o asesinados? ¡Ellos no escogieron eso!"

Existen muchas facetas en este tema... Una es que si piensas así, estás implicando que el niño no es una entidad completa, divina, infinita, que ha elegido venir a la Tierra a tener esa experiencia con quienes matan y violan.
De este modo, te declaras superior a la singularidad de esos niños.

Por otra parte, al enviarles la energía de "víctimas" se fortalece esa prisión en la vida de dichas entidades, haciéndoles más difícil salirse del ciclo.
Y lo mismo sucede con los victimarios.

Al pensar en alguien como "víctima" o "agresor", bajamos su vibración. Y las cadenas de la esclavitud están hechas de bajas vibraciones.

Otra de las facetas es que es cierto que en algún nivel todos elegimos venir aquí y olvidar que somos infinitos y divinos. Hemos accedido a entrar en un plano con una estructura rígida de victimización.

Tan sólo miremos un programa de televisión sobre historia y podremos ver esto... Es una programación prevaleciente en este planeta.

Es nuestra elección, ya sea como participantes, o como observadores.
¿Significa esto que al mirar este ciclo y a sus participantes, no habremos de hacer nada al respecto?

La respuesta es que si dichos individuos han entrado en nuestra esfera de conciencia es porque desean salir de ese ciclo. Están listos para abandonarlo, como víctimas o victimarios. Han terminado con ese juego.

Así que lo que nosotros podemos hacer es estar en desacuerdo con el ciclo, y decidir que ya no forme parte de nuestro nuevo paradigma.
Quien desee continuar en dicho ciclo podrá ahora hacerlo en otro lugar.

Luego, PROCESAMOS toda emoción negativa que surja en nosotros al ver individuos en ese ciclo.

Y cuando las emociones hayan sido por completo integradas en Unidad, damos nuestro voto:

"Víctima o agresor, eres un ser infinito y divino, capaz de liberarte del ciclo de víctima/agresor; y si eliges continuar en este ciclo, ya no eres  bienvenido en mi realidad para seguirlo experimentando, ya que yo no estoy de acuerdo con este ciclo."

Después, simplemente te haces a un lado de su camino, y dejas que la luz y el amor llenen a esa persona o grupo (...)



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